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Es claro que el Sistema Solar que habitamos no es infinito y los científicos han estimado que dentro de unos 5.000 millones de años se transformará. Incluso se habla que la misma Tierra no generará la suficiente energía como para que desarrolle la vida tal y como la conocemos. Así las cosas, por ahora, el planeta azul es el único que permite este fenómeno en todo el universo.
Así las cosas, lo cierto es que tan solo en la Vía Láctea, hay miles de estrellas con planetas orbitándolas. Entonces, por simple probabilidad, en alguna tendría que haber condiciones para la vida.
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Más allá de las teorías
Sobre el particular, el cineasta sueco Erik Wernquist tiene un largo historial en materia de cortos en los que imagina la vida en el futuro. De acuerdo con esto, utiliza muchos recursos científicos para visualizar lo que podría esperarnos a la raza humana en las próximas décadas y siglos, dejando de lado el cine comercial que Hollywood tiene acostumbrado a vender al público.
Incluso, como dato curioso, la misma NASA colaboró con él esta espectacular producto que muestra los últimos minutos de la sonda Cassini en su feroz reentrada a Saturno. En este nuevo corto, Wernquist nos muestra cómo sería la vida en una gran nave interplanetaria, quizás cien años desde hoy.
Según cuenta él, el corto tiene lugar a bordo del Esperanta, un orbitador planetario que gira alrededor de su propio eje horizontal a una velocidad de una revolución por minuto.
“Con un radio de 450 metros, el giro genera gravedad artificial con un efecto de aproximadamente 0,5 g a lo largo de su cubierta principal”, comentó el cineasta.
“Con Esperanta quería crear un entorno de ocio, como un hotel o un crucero, y explorar cómo podrían ser las vistas a bordo cuando el orbitador visita algunos de los mundos de nuestro sistema solar. También me interesó especialmente cómo la luz y las sombras del sol juegan en el interior mientras gira”, reiteró Wernsquist.
Por otra parte, el hombre decidió mantener todas las luces artificiales apagadas, con la excepción de algunas luces de emergencia para evitar la oscuridad total, y dejar que solo la luz natural ilumine los interiores.
“Como esto hizo que el lugar pareciera bastante desolado, me pareció interesante imaginar a alguien a bordo, solo”, se puede leer en la descripción del producto.
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Más detalles sobre el material
Wernquist, por cierto, también colaboró con la fundación Limitless Space en la visualización de los tres tipos de naves espaciales que nos llevarán a otros planetas más allá del fin del Sistema Solar (sobre estas líneas) y el ya clásico Wanderers, en colaboración con la fundación de Carl Sagan.
Se trata de una visión fascinante y optimista de un futuro de la exploración espacial que quizás las próximas generaciones podrían llegar a ver, si es que el mismo ser humano no se encarga de autodestruirse.
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