jairo cala otero

Ajá, así que fueron los «manes», no los hombres. Son muy atrevidos, sí. Y dizque ponen cepos por deporte.

Agatha Christie es una maestra de la novela policial. Una escritora que pone a prueba nuestra inteligencia investigativa, con un delicado poder de seducción.

Las enfermedades son penosas. Excepción de masoquistas, a los enfermos y sus parientes les causa pena o el padecer un quebranto de salud, por venial que sea.

No se deje confundir: no se eliminaron componentes del alfabeto español. Siga escribiendo palabras que lleven che y elle.

Esa tesis, rebuscada, además, es de los publicistas, que no consultan nunca un libro de gramática, y a sus locuras las llaman «creatividad».

Las noticias cotidianas están «untadas» de esas «apuestas», sin ex profesa intención de los informadores de la radio y la prensa, particularmente.

Sin el uso de la coma, el bello español entra en «coma». ¡No lo dejemos morir!

Malentendidos es la palabra con la que se definen los desacuerdos o desavenencias humanas. Se escribe entera, no fraccionada en dos vocablos.

Hay cientos de errores idiomáticos incrustados en las mentes de muchos comunicadores colombianos.

Es como cuando le hace falta una pizca de sal a una comida: no produce la misma gracia, o el mismo agrado al paladar.

¿Para qué querría alguien contratar los servicios de una empleada, si bien puede servirse de una desempleada?

Muchas personas creen que el verbo ‘recepcionar’ es castizo en español, pero no lo es. Por tanto, su uso es incorrecto.

La susodicha locución está mal usada; no existe un supuesto pasado, sino un futuro bien claro.

Oceanía (con tilde) es la forma generalizada que usa la mayoría de los hispanohablantes. En consecuencia, es esa la forma correcta de pronunciarse y escribirse.

La cruda realidad muestra que muchas personas fueron aprobadas en lengua castellana sin que conocieran el acento de las palabras.

¡Hablar y escribir bien es el reto de hoy!

En la falsificación usaron un logotipo irreal de la RAE, y montaron una sarta de sandeces ortográficas, supuestamente «aprobadas» por la Academia.

El diccionario se usa para otros menesteres, no para estos casos. Aquí lo que funciona es el sentido común, que es tan escaso hoy.

El uso de los verbos debe responder a los tiempos y modos. Se olvida con frecuencia su correcta conjugación.

Será útil que al menos se atienda esta explicación semántica de la locucion adverbial ‘al menos’, para que se despejen dudas.

Es preciso poner en claro ese fenómeno idiomático, pues al verbo colocar ─que manidamente muchos usan en toda ocasión─ se le deben poner límites de uso.

Quien quiera seguir escribiendo y hablando mal, que lo haga libremente; será sobre su imagen que recaigan las críticas implacables de los demás.

No cabe duda de que el uso equivocado del término 'fleteo' se deriva de la ausencia de una consulta previa al diccionario.

En este país, envuelto por el turbión de la violencia, se volvió «estilo oral» el utilizar expresiones que denotan agresividad. ¡Lástima que así sea!

«¿Te provoca ir a un restaurante?» es una pregunta directa, fiable, sincera y fácil de aceptar con un sí; o de rechazar con un no, si también fuese ese el caso.

Muy buena sería también una campaña para cuidar el idioma español de las garras de sus «depredadores».

Es hora de librar una batalla intelectual para detener la tiranización de nuestro idioma.

Diariamente, se usan locuciones adverbiales, pero pocos se dan cuenta de ello. Con esta ilustración ya puede usted saber cuándo lo hace.

¡Hablar y escribir bien: el reto de hoy!

Recordemos que sinvergüenza es un adjetivo que significa ‘inmoral o descarado’; también se puede usar como sustantivo.

Nunca sobrará anotar que nuestro idioma se rige por la precisión y la corrección, y no por los caprichos que aisladamente las personas aplican.

Si en un supermercado me hubiera atendido un hombre, y yo hubiese querido comprar huevos, ¿qué tal que yo le hubiese preguntado: ¿señor, tiene huevos?.

El prefijo ex se escribe separado de la palabra base, si esta va acompañada de un adjetivo; va unido al sustantivo, si no hay adjetivo posterior.

Cuando de devolver dineros adeudados, o de comprar productos o servicios se trata, ha de hablarse de pagar (o remunerar, o retribuir).

Este artículo lo dedico a despejar algunas dudas idiomáticas de lectores interesados en mejorar su comunicación oral y escrita.

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Según explicación emitida por los editores de esa página virtual, el error no es error, sino que se trata de [...]

Es claro que la «fiebre» por el uso del signo de arroba surgió de los movimientos sociales que defienden la diferenciación de sexo (que no de género).

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