«Una pareja de ciudadanos españoles fue detenida ayer por autoridades colombianas en el aeropuerto Eldorado de Bogotá, cuando pretendía sacar del país a una bebé de cinco semanas». Primero, el aeropuerto de Bogotá se llama El Dorado, con dos palabras. Segundo, hasta la Real Academia Española cae en contradicción con el género de la palabra bebé; dice que es de género masculino, pero admite que se use como femenino. ¡Vaya! Es claro que si antecede el artículo indeterminado femenino (una) se habla de mujer. «Una bebé», como escribieron en el periódico El Nuevo Día (Ibagué) es discordante porque una es artículo indeterminado de género femenino; y bebé es sustantivo de género masculino. Luego no concuerdan las dos palabras, por tanto, es una discordancia. A una criatura de pocos años de vida ─si es hembra─ se la llama beba o nena; a una criatura de poco tiempo de nacida ─cuando es varón─ se la llama bebé o nene.

«(…) se dejan en bolsas de plástico perforadas dentro de la nevera». Así recomendaban en una revista cómo conservar frescos los alimentos. Pero la falta de sintaxis dañó esta oración gramatical porque así se dice que la perforación de las bolsas debe hacerse dentro de la nevera. Muy incómoda resultará tal diligencia. ¡Es mejor perforarlas afuera! La expresión se hubiese podido reparar con comas antes y después de la palabra perforadas. Pero más precisa todavía resulta si se escribe: «Se conservan dentro de la nevera, en bolsas de plástico perforadas». ¡No importa si se han perforado en el baño!

«(…) es que eso se sabe es después». Al maestro Osuna, admirable caricaturista colombiano, también se le van las luces en materia idiomática. Esta cita es suya. Fue publicada en El Espectador en una caricatura en la que aparecían el procurador y el presidente de Colombia intercambiando opiniones sobre la reelección y su «inconveniencia» política. Es innecesario, por lo tanto, un error, duplicar el verbo ser (es); en la segunda parte, tal verbo resulta agramatical. Con decir «… es que eso se sabe después», será suficiente.

«’Con la Trata de Personas, no hay trato’, es la campaña que lanzará este miércoles el Gobierno Nacional». Muy buena sería también una campaña para cuidar el idioma español de las garras de sus «depredadores». Aunque la Constitución Nacional lo considera el idioma oficial de Colombia (Artículo 10), ninguna acción se adelanta desde el Gobierno por la preservación de su normativa gramatical. En este titular de El Espectador hubo dos errores: 1. Escribieron las palabras trata y personas con iniciales mayúsculas, sin tener por qué hacerlo. Son sustantivos comunes, luego van en minúsculas iniciales; además, sobra la coma después de la palabra personas. El vocablo preciso es tráfico, porque uno trata a otras personas todos los días, y eso no es delito. 2. El adjetivo nacional tampoco requiere inicial mayúscula. Arreglemos: «Con el tráfico de personas no hay trato, es la campaña que lanzará este miércoles el Gobierno nacional».

«Se especuló que habrían asesinado a la pareja por robarles el dinero producto de una venta de ganado y leche». Las discordancias de género y número en muchas oraciones gramaticales son el «pan de cada día» en los medios informativos. En este caso, del diario Vanguardia, el error radica en que el sustantivo (pareja) está en singular y el verbo (robarles) en plural. No concuerda el número gramatical. Por lo tanto: «(…) se especuló que habrían asesinado a la pareja por robarle el dinero…». Ahora sí: singular con singular.

«Los leones serán extraditados a EE.UU». Solo eso faltaba: que algún periodista aplicara un término jurídico exclusivo para personas en una noticia sobre el traslado de unos leones. La «feroz» metida de pata fue de Camilo Ernesto Silvera en el periódico El Frente, de Bucaramanga. Y para completar el desliz (en tan solo 6 palabras), el redactor escribió mal la abreviatura de Estados Unidos. Lo correcto es: «Los leones serán enviados/trasladados a EE. UU.» Las dos vocales de las iniciales del nombre de aquel país se separan con espacio y punto. Son normas ortográficas que innumerables periodistas colombianos se niegan a aprender.

«El presidente se practicó varios exámenes médicos luego de las elecciones». Para los señores del diario El Espectador, el ex presidente colombiano Juan Manuel Santos Calderón es un ser biónico o algo semejante. No necesita de médicos para que le practiquen exámenes sobre su estado de salud, él mismo se los practica. Eso dice la oración en cita. El uso del dativo se configura que la acción la ejecuta el sujeto de la oración. Menos mal que en la realidad el asunto fue distinto: el señor Santos se sometió a unos exámenes de rutina. A unos exámenes de gramática elemental deberían ser sometidos también cientos de periodistas colombianos, porque de lejos se nota que andan mal en la materia.

«De inmediato un grupo de comandos cubrió la zona y otro grupo procedió hacer efectiva la captura». La expresión corresponde a una noticia publicada en El Tiempo sobre la captura de un antisocial apodado «el Tigre», cabecilla de la banda «Los Puntilleros». Errores: 1. Faltó una coma detrás de la palabra zona. Una acción se separa de otra con ese signo de puntuación. 2. Faltó la preposición a entre los dos verbos. Generalmente, muchas personas omiten esa preposición, que es inseparable. Corrección: «De inmediato un grupo de comandos cubrió la zona, y otro grupo procedió a hacer efectiva la captura».

¡Hablar y escribir bien es el reto de hoy!

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