1.- «Estoy excelentemente bien». Es en extremo optimista esta contestación para la pregunta ¿cómo se encuentra usted? El adjetivo excelente se define como ‘que sobresale en bondad, mérito o estimación,’ y se usa para calificar una condición determinada en personas o cosas. Es impropio usarlo con la forma adverbial (excelentemente) para denotar el estado de ánimo que uno posee. Para ello es mejor: «muy bien», «inmejorablemente», «bien, gracias», entre otras formas semejantes. En la oración del ejemplo se cae en redundancia, pues es extremar la significación de excelencia; y, adicionalmente, añadir el vocablo bien, que, como sabemos, expresa bienestar o favoritismo.

2.- «Contigo los momentos aburridos pasan desapersividos». Fragmento tomado de la carta dirigida por un joven estudiante a una jovencita por él cortejada. No sobra advertir que en la mayoría de los colegios contemporáneos, poca importancia se le presta hoy a la ortografía de los estudiantes. Seguramente, el joven imberbe no se aburre compartiendo su vida con su cortejada, pero la forma como escribió el vocablo desapercibidos indica que, al parecer, a ese jovenzuelo todo le pasa así: desapercibido. ¡Hasta la ortografía! Ha de resultar muy aburridor leer una carta con horrores ortográficos. Mejor: «Contigo los momentos aburridores pasan desapercibidos».

3.- CD, VIP. Los locutores colombianos se han empeñado en pronunciar en inglés las letras iniciales que, para abreviar algunas expresiones, suelen emplearse comercialmente. Los dos casos aquí citados son típicos en las estaciones de radiodifusión. Dicen: ci-di y vi-ai-pi, que significan, respectivamente: disco compacto y persona muy importante (traducción del inglés). Se trata de extranjerismos que, por fuerza de su uso, mucha gente termina creyéndolos castizos en español. Como somos hispanohablantes, esas formas no deben tener intromisión en nuestro lenguaje cotidiano. Lo correcto es decir: disco compacto o cedé (este último con acento prosódico en la segunda sílaba); y persona con preferencia, persona importante; o uve – i – pe (si se deletrea la sigla inglesa).

4.- «Pedro ofreció disculpas; Juan pidió excusas». Es común la equivocación de muchas personas al usar estas dos expresiones. En los ejemplos lo que se indica es que Pedro, que debió pedir disculpas por algún error, termina presentándolas o dándolas. Y Juan, que debió ofrecer excusas por alguna falta suya, termina pidiendo que el ofendido le ofrezca excusas a él, que es el ofensor. Más claro: cuando alguien incurre en alguna trasgresión debe pedir disculpas a la persona molesta u ofendida (equivale a solicitar que lo disculpen). Y cuando alguien, por la misma razón, desea reconocer una falta, debe ofrecer o presentar excusas. Entonces: «Pedro pidió disculpas/se discsulpó»; «Juan ofreció excusas/se excusó».

5.- «Recibió un tiro cerca del ojo». Es común que en las noticias judiciales de la prensa se utilicen expresiones como esta. Aquí se habla de un ojo, sin precisar cuál. Como el lector podría desviarse por los vericuetos del morbo, es preciso advertir que los redactores no se refieren al ojete, sino a uno de los dos ojos ubicados en la cara. De tal suerte, la expresión debería decir: «Recibió un tiro cerca del ojo derecho (o izquierdo)»; o también: «Un proyectil penetró cerca de su ojo izquierdo». Cabe agregar otro ejemplo de este tipo de imprecisiones: «Sufrió fracturas en su pierna». Así se indica que la persona lesionada tiene apenas una extremidad inferior, lo cual no es imposible, claro. Pero si se sabe que se trata de una persona bípeda, es mejor decir cuál de sus piernas resultó fracturada. «Sufrió fracturas en su pierna derecha», es más precisa, y ubica directamente al lector u oyente en el panorama que se describe.

6.- «Vendemos cortinas ya confeccionadas». Con este aviso un almacén en Bucaramanga promociona la venta de cortinas. Es obvio que cuando vamos a comprar cortinas, ellas tienen que estar confeccionadas, de lo contrario ni son cortinas ni ninguna otra confección. Simplemente, serán telas. Sería diferente si el aviso hablase de «telas para cortinas». Pero si quien compra no tiene que confeccionarlas, simplemente se llaman cortinas. Aviso: «Vendemos/se venden cortinas».

7.- «Uso de casco obligatorio». A la entrada de una obra en construcción había este letrero. Si nos diéramos a la tarea de preguntar en distintas partes por los famosos «cascos obligatorios», ¡no los encontraríamos jamás! Lo que ocurre es que el aviso aquel fue escrito sin sintaxis, sin orden en las palabras. Debieron escribir: «Uso obligatorio de casco». En materia gramatical también estamos «obligados» a aplicar bien las palabras.

8.- «Emprenderemos una campaña agresiva contra…». En este país, envuelto por el turbión de la violencia, se volvió «estilo oral» el utilizar expresiones que denotan agresividad. ¡Lástima que así sea! En esta expresión no existe imprecisión idiomática. Sencillamente la cito para llamar la atención sobre cómo el lenguaje también influye negativamente en la conciencia colectiva; de allí se derivan conductas indeseables que afectan a todos por igual. Sería más conveniente decir: «Emprenderemos una campaña enérgica, vigorosa, dinámica…». Bueno sería también que publicistas, periodistas y locutores, emprendieran una campaña vigorosa para «bajarle volumen» a tanta agresividad verbal.

9.- «Perenceja es una tontarróna». Esta expresión se escucha con frecuencia entre quienes quieren calificar a alguien como persona tonta. Pero lo dicen mal. El término correcto es tontorrona, con la vocal o en la segunda sílaba en vez de la vocal a; y sin tilde. La palabra tontorrona funciona como adjetivo y también como sustantivo. Corrección: «Perenceja es una tontorrona».

¡Hablar y escribir bien es el reto de hoy!

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