Esta semana volvió la acción de la máxima competencia a nivel de clubes del mundo: la UEFA Champions League. Se enfrentaron el Barcelona de Messi contra el PSG de Pochettino, sin Neymar ni Di María por lesiones. Mucho se había hablado en la semana que Messi había recuperado la sonrisa, atrás parecía quedar el episodio de finales de temporada pasada, en el que Lionel había manifestado su clara intención de salir del equipo. Se hablaba que Koeman estaba enderezando el barco, que Dembelé, Trincao, Serginho Dest y Pedri eran talentos del futuro a tener en cuenta, e inclusive, el Barcelona arrancó su llave ganando con un penal discutible. 

Sin embargo, poco a poco se fue deslumbrando ese Barcelona sin vida de finales de la temporada pasada, y que ya es una constante en las últimas temporadas en Europa. El culpable del baño de realidad fue Kylian Mbappé, que enloqueció a los defensas catalanes con su velocidad impresionante, sus fintas increíbles y su despliegue total de talento.  Fue una cometa en el Camp Nou, terminó llevándose el balón a su casa. La actuación del joven parisino es solo una confirmación de lo que nos había mostrado en el mundial de Rusia 2018, solo que ahora parece tener el peso específico y la madurez suficiente para tomarse el trono al mejor jugador del mundo. 

En otras de las llaves se enfrentaban el Sevilla de Lopetegui contra el Borussia Dortmund. Igualmente, mucho se había hablado en la semana de la solidez del conjunto andaluz, de lo rico de su nómina y su poder ofensivo. Los alemanes por el contrario llegaban 6 en la Bundesliga y con un DT interino (Edin Terzic, quien fuera en su momento ojeador de Klopp). Pero no se contaba con otro joven maravilla: Erling Haaland. Con apenas 20 años, este goleador innato tiene una potencia física y un talento impropios para su edad. Se cargó el equipo al hombro y terminó dando la victoria a los alemanes por 3 a 2. Haaland la temporada pasada había demostrado bastante en el RB Salzburgo, pero ahora parece ser que no es una coincidencia, que este también viene a competir el trono a mejor jugador del mundo. 

Por último, la Juventus de Cristiano Ronaldo sigue sin encontrar el rumbo del buen juego, y perdió contra el Porto por 2 a 1, con una buena actuación del colombiano Matheus Uribe. Cristiano prácticamente no se vio en todo el partido, y estuvo muy lejos de ser Míster Champions, cuando tenía gestas gloriosas que lo consagraron como uno de los mejores jugadores de la historia. Claro, es que ya los 36 anos le empiezan a pesar. 

Muchas veces solemos aferrarnos a las glorias pasadas y pensar que por todos sus pergaminos siguen siendo capaces de lograr grandes hazañas. Pero los acontecimientos de esta semana parecen demostrar lo contrario. Messi y Cristiano se van derrotados, mientras que las nuevas figuras emergentes se llevan todos las luces de los reflectores, y parecen decir que el futuro es hoy. Puede que Mbappé v. Haaland sea el nuevo duelo de esta década por venir. Lo importante es abrazar los vientos del cambio. 

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