La muerte de Heidy Vivian Polanía Franco, prominente jueza de control de garantías en Cúcuta, ha estremecido al país, despertando interrogantes sobre las extrañas circunstancias en las que se encontró su cuerpo sin vida en su vivienda y junto a su bebé, de tan solo 2 meses de nacido.
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El miércoles 17 de diciembre en horas de la tarde, Polanía Franco, reconocida por su rol en los medios sociales y por su incuestionable labor jurídica, fue hallada en la cama de su apartamento arropada. Fuentes cercanas afirmaron que el lugar no presentaba indicios de violencia, aunque se encontraron supuestamente 26 papeletas de cocaína, como informó Blu Radio.
Ahora, de acuerdo con El Tiempo, la jueza había advertido sobre 3 preocupaciones cruciales, semanas antes de su muerte. Una de ellas giraba en torno a una intimidación laboral por un alto rango de la Rama Judicial en Cúcuta, situación que, en su testimonio, obstaculizaba su labor profesional. Conjuntamente compartió su preocupación por un cuadro clínico de preeclampsia relacionado con el parto prematuro de su hijo, convergiendo estas adversidades en una presión laboral inaudita.
Adicional a esto, Polanía relató un conflicto personal con un antiguo compañero sentimental. A este sujeto lo acusaba de acceder a información privada, de compartir con personas que la denunciaban e, incluso, de haber introducido sustancias ilegales en su apartamento. En estos graves señalamientos incluyen hasta audios y chats, de acuerdo con el rotativo.
El abogado Luis Alexánder Maldonado, amigo de la jueza, comentó que Polanía había divulgado ella misma estos audios en las redes sociales. “Todos estos problemas se resolvieron en su momento. La prioridad era el trabajo de Heidy como jueza”, expresó Maldonado en entrevista con el periódico.
En sus palabras la recordó como una profesional infalible, y que por su extraordinario desempeño laboral llegó a ser conocida como la “jueza incorruptible”, especializada en casos Bacrim (bandas criminales). Una luchadora implacable que se negaba a conceder favores a delincuentes, y que, por lo tanto, estaba sujeta a un esquema de protección por amenazas recibidas.
Pese a los retos que enfrentaba, Maldonado describió a la jueza como una mujer radiante, emocionada con su maternidad. El abogado aclaró que la posibilidad de suicidio le parecía improcedente, sustentando que “no tiene sentido” dada la implicación que habría tenido su hijo y que habría corrido la misma suerte en la habitación donde estaba ella, según el informe periodístico.
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