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Escrito por:  Óskar Ortiz
Redactor     Sep 29, 2025 - 11:26 am

Así como se divulgaron hallazgos en el cuerpo la persona más longeva del mundo, un seguimiento sobre el comportamiento de la mente deja información determinante para miles de personas.

El análisis de un documento científico permitió encontrar algunas explicaciones acerca de cómo funciona el cerebro y hasta encontrar fórmulas para que se aproveche mucho mejor en el diario vivir.

¿Por qué es más fácil recordar ropa de hace años que dónde estacionó el carro?

Un estudio de la revista Science planteó que la memoria espacial (como recordar dónde se dejó el carro) estaría sustentada por poblaciones fijas de neuronas que se activan consistentemente al codificar ese lugar, aunque una evaluación del diario El Mundo de España llega a conclusiones reveladoras.

La idea del documento original es que, mientras el entorno no cambie, esa red neuronal permanecería constante, facilitando la recuperación del recuerdo espacial.

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Lo cierto es que cuando revisores posteriores, réplicas o análisis críticos examinaron el experimento, hallaron que esas representaciones no eran tan rígidas: con el paso del tiempo o en sesiones distintas, algunas neuronas cambian su patrón de activación, lo que implica que el “mapa neural” del ambiente se reorganiza gradualmente. Esa inestabilidad o “deriva” en la representación espacial hace que el recuerdo de lugar, a menos que esté reforzado, se degrade o no sea recuperable con precisión.

Por otro lado, los recuerdos autobiográficos (lo que se llevaba puesto hace diez años) no dependen únicamente de representaciones espaciales, sino de múltiples sistemas de memoria (episódica, semántica, emocional) que han sido reforzados por la narrativa personal, la repetición (recordar viejas historias, mirar fotos, conversar sobre ellas), y pistas de recuperación múltiples. En un evento significativo, la memoria puede consolidarse de forma más duradera, y cada vez que evocamos ese recuerdo lo “reconstruimos”, reforzando su estabilidad.

Así, mientras las memorias espaciales cotidianas (como el lugar de un auto estacionado) pueden estar codificadas de forma más débil y sufrir reconfiguraciones neuronales con el tiempo, los recuerdos antiguos y emocionalmente relevantes se mantienen más accesibles porque han sido fortalecidos mediante múltiples procesos cognitivos.

Por lo tanto, según ese estudio replicado del que habla El Mundo, la razón por la que nunca se recuerda dónde dejaste el carro frente a sí lo que se llevaba puesto hace 10 años es que la codificación espacial no es tan estable como se pensaba: los mapas neuronales del espacio derivan con el tiempo, mientras que los recuerdos personales fuertes están más reforzados y conectados a múltiples rutas de recuperación.

El estudio original de la revista Science afirmaba que las memorias espaciales son más estables y están codificadas por poblaciones específicas de neuronas (‘células de lugar’ en el hipocampo), lo que implicaba que deberíamos poder recordar ubicaciones como donde dejamos el carro con facilidad.

Sin embargo, investigaciones más recientes contradicen esta visión al mostrar que esas representaciones espaciales no son tan estáticas como se pensaba, lo cual podría explicar por qué a menudo no recordamos dónde estacionamos, aunque sí podemos evocar recuerdos antiguos de lo que vestíamos en eventos pasados.

El hallazgo central del estudio, según la evaluación del diario El Mundo de España, es que la codificación neuronal del espacio tiende a “derivar”, es decir, incluso en entornos constantes, las neuronas que representan un lugar pueden cambiar con el tiempo. Esto contradice la idea de un mapa interno perfectamente estable y apoyaría que recuerdos cotidianos de ubicación sean más frágiles.

¿Cómo recordar en dónde deja estacionado el carro?

Hay  estrategias respaldadas por psicología y especialistas que pueden ayudar a recordar dónde se estaciona el carro:

  • Cuando se estacione, tomar unos segundos para observar detalles del entorno: señales, fachadas, colores de columnas, árboles, nombres de tiendas. Esto refuerza la codificación del lugar en la memoria espacial.
  • Otro método eficaz es crear una imagen mental inusual relacionada con el entorno o la ubicación del auto (por ejemplo imaginar un árbol con globos, o el número de columna convertido en objeto). Esa visual fuerte funciona como pista de recuperación. La técnica de “historieta visual” es recomendada por especialistas en memoria.
  • También es útil repetir en voz alta la ubicación (“Estoy en nivel B3, junto a la planta”) antes de irse; decirlo ayuda a fijarlo. Y si hay elementos numéricos o letras de zona (A4, C2), convertirlos en imágenes mentales poco comunes (por ejemplo, “A4 = manzana y puerta”) para facilitar el recuerdo.
  • Usar tecnología como apps de localización de vehículo o marcar la posición GPS también es buena idea; muchas aplicaciones permiten guardar la ubicación del auto y guiarte después.

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