El Hospital Universitario de Caldas anunció la suspensión de varios servicios no urgentes a los afiliados de Nueva EPS debido a la millonaria deuda que esta entidad mantiene con el centro asistencial.
Según el gerente, Juan Felipe Valencia Ríos, la deuda asciende a 83.400 millones de pesos, de los cuales 46.200 millones corresponden al periodo posterior a la intervención de la EPS por la Superintendencia Nacional de Salud.
Además, en los últimos cinco meses, la cartera se ha deteriorado en 25.600 millones. El hospital, que ha asumido la mayor carga en la atención de los usuarios de Nueva EPS en el departamento de Caldas tras la suspensión del servicio en otras instituciones, atraviesa una crítica situación financiera.
La falta de pagos ha afectado la liquidez, dificultando el cumplimiento de obligaciones como el pago de insumos, medicamentos, proveedores y nómina.
Ante esta crisis, el gerente solicitó a Nueva EPS un abono urgente de 25.000 millones de pesos para cubrir los pagos pendientes de octubre y garantizar la continuidad en la atención.
El Hospital Universitario de Caldas espera una pronta respuesta de la entidad para poder restablecer completamente sus servicios y evitar mayores afectaciones a los usuarios.
Por qué hay crisis de las EPS en Colombia actualmente
La crisis de las EPS en Colombia se debe a una combinación de factores financieros, administrativos y estructurales del sistema de salud. En primer lugar, muchas EPS enfrentan deudas millonarias con hospitales y clínicas, ya que no reciben a tiempo los recursos del Estado ni logran cubrir los costos de atención de sus afiliados.
Esto ha generado una cadena de incumplimientos que afecta directamente la prestación de servicios médicos y el pago al personal de salud. Además, existe un desequilibrio entre lo que el sistema recauda y lo que gasta.
Las tarifas que el Gobierno reconoce por cada usuario (la Unidad de Pago por Capitación) no siempre cubren los costos reales de los tratamientos, medicamentos y tecnologías, especialmente en enfermedades de alto costo.
A esto se suma la corrupción y la mala gestión de algunas EPS, que han desviado recursos o administrado ineficientemente los fondos públicos. La falta de control y supervisión efectiva por parte de la Superintendencia Nacional de Salud ha permitido que muchas EPS acumulen deudas sin responder ante los usuarios.
En consecuencia, hospitales públicos y privados se ven desfinanciados, los pacientes enfrentan demoras en sus tratamientos y el sistema, en general, se encuentra en una situación insostenible que exige una reforma estructural urgente.
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