El café colombiano, símbolo de identidad nacional y motor económico, vivió un año particularmente positivo entre octubre de 2024 y septiembre de 2025 (el denominado año cafetero). Según la Federación Nacional de Cafeteros, la producción alcanzó casi quince millones de sacos de 60 kg, un 17 % más que en el periodo anterior, y el volumen exportado creció 12 %.
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Estos resultados reflejan la solidez de un sector que, pese a los altibajos internacionales, continúa siendo una de las fortalezas del país. Sin embargo, el crecimiento del consumo interno es todavía moderado: los colombianos beben en promedio 2,8 kg por persona al año, una cifra baja frente a países como Finlandia, donde el consumo supera los 13 kg. Este margen de expansión interna explica el auge de las barras de café, que se han convertido en espacios donde confluyen experiencia, cultura y valor agregado.
De acuerdo con el Mapa Nacional del Retail, elaborado por Mall & Retail, las barras de café se posicionan como una de las categorías más dinámicas dentro del comercio formal. En 2024, las cuatro principales marcas que operan en centros comerciales —Juan Valdez, Tostao, Starbucks y Café Quindío— registraron en conjunto ingresos operacionales superiores a 1,26 billones de pesos, con desempeños diferenciados que evidencian modelos de negocio diversos y estrategias particulares frente al consumidor colombiano.




Juan Valdez, marca insignia del café colombiano, mantuvo el liderazgo absoluto con ingresos por $ 756.183 millones y un crecimiento del 7,7 % frente a 2023. El desempeño obedece a una estrategia de expansión internacional, innovación en tiendas y diversificación de canales. Durante 2024, Procafecol —empresa operadora de la marca— fortaleció su presencia global con más de 600 tiendas en 22 países, de las cuales 370 están en Colombia. Su modelo de crecimiento combina nuevas aperturas, desarrollo de productos premium y consolidación de su canal digital, que hoy representa cerca del 10 % de las ventas.
En el segundo lugar del ranking se ubica Tostao, con ingresos por $ 255.231 millones y un crecimiento del 2,2 %. Aunque su ritmo de expansión se desaceleró, la cadena mantiene un posicionamiento sólido gracias a su propuesta de valor centrada en accesibilidad. Desde su creación, Tostao ha apostado por “democratizar” el consumo de café, ofreciendo productos de calidad a precios razonables y con presencia en zonas intermedias y de alto tráfico urbano. Su modelo de negocio, que integra café y panadería, le permite sostener flujos de clientes constantes y un alto volumen de transacciones diarias. Durante 2024 la marca avanzó en procesos de digitalización, optimización de costos y cierre de puntos de bajo rendimiento, en busca de una rentabilidad más sostenible. Aunque el crecimiento porcentual es bajo, la estabilidad de su base de clientes y la percepción de marca cercana son activos importantes en un entorno de consumo prudente.
Por su parte, Starbucks alcanzó ventas por $ 151.416 millones, lo que representa un crecimiento del 0,7 % frente a 2023. Si bien el aumento es leve, la marca mantiene su relevancia dentro de los centros comerciales de grandes ciudades. Operada en Colombia por Alsea a través de Estrella Andina, Starbucks ha optado por una estrategia más selectiva que prioriza la experiencia premium y la consistencia global por encima de la expansión acelerada. Su presencia en Bogotá, Medellín y Cali refuerza el carácter aspiracional de la marca y la posiciona como referente de calidad internacional, aunque su participación en volumen es menor frente a las cadenas locales.
Café Quindío se les acerca a Juan Valdez, Tostao y Starbucks: números
El caso más llamativo del año corresponde a Café Quindío, que con ingresos de $ 100.831 millones logró un incremento del 26,5 %, el más alto del grupo. Este resultado refleja el fortalecimiento de su estrategia regional, basada en el reconocimiento de origen y la conexión emocional con la cultura cafetera. La marca ha crecido en visibilidad en centros comerciales y en el canal Horeca, destacando por la venta de productos gourmet, cafés de finca y experiencias asociadas al turismo cafetero. Su narrativa de marca —centrada en la autenticidad del Quindío— ha encontrado eco entre consumidores que buscan identidad y diferenciación. Aunque su escala es menor comparada con los líderes, su crecimiento porcentual indica un modelo flexible y con potencial de expansión.
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La lectura de estas cifras sugiere una transición del mercado de barras de café hacia una competencia menos basada en volumen y más en experiencia, valor agregado y segmentación. Mientras Juan Valdez consolida su papel como líder nacional e internacional, Tostao se mantiene como la opción democrática, Starbucks refuerza su estatus de marca global y Café Quindío capitaliza la identidad local. En conjunto, estas cuatro compañías delinean el mapa de una categoría que continúa en expansión y que traduce la pasión colombiana por el café en formatos modernos, sostenibles y culturalmente relevantes.
Para Leopoldo Vargas Brand CEO de Mall & Retail “El reto de esta categoria, es mantener la rentabilidad en un entorno de costos crecientes y consumidores más exigentes. Las barras de café tendrán que innovar en producto, digitalizar la experiencia de compra y generar espacios que conecten con las nuevas generaciones. En un país donde el café sigue siendo símbolo y sustento, estas marcas no solo venden bebidas: venden pertenencia, orgullo y una historia que sigue latiendo en cada taza.”
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