Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Oct 4, 2025 - 11:12 am
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La historia de las alitas de pollo ejemplifica cómo la creatividad y la improvisación pueden transformar ingredientes considerados secundarios en referentes mundiales de la gastronomía popular. Su origen se remonta al 30 de octubre de 1964, cuando Teressa Bellissimo, madre del dueño del Anchor Bar de Buffalo, en Nueva York, decidió preparar de manera innovadora unas alitas de pollo destinadas a ser descartadas. Las frió, las cubrió con una mezcla de mantequilla y salsa de chile, y así nacieron las Buffalo Wings, que pronto se convirtieron en el plato insignia del establecimiento. Esta anécdota, registrada en la memoria popular y reportada en múltiples fuentes originales, ilustra la manera en que recetas nacidas de la necesidad pueden alcanzar reconocimiento internacional.

Este fenómeno repite un patrón presente a lo largo de la evolución culinaria: la valorización de cortes o ingredientes que, en principio, no gozaban de prestigio, pero gracias a técnicas y salsas acertadas adquieren protagonismo. Las alitas, consideradas antes como partes de escaso valor, lograron implantarse en el gusto global luego de potenciar la experiencia de sabor y textura crujiente, consolidada por la salsa de origen. La preparación clásica involucra ingredientes como ajo, pimienta, sal, mostaza y miel, que permiten un marinado equilibrado entre lo dulce y picante; además, la cocción en freidoras de aire a 200 °C durante 25 minutos se ha popularizado como una variante eficiente y más saludable, conservando el atractivo dorado del platillo.

El arraigo de las alitas no se limita a la cocina: también forman parte del tejido social y cultural estadounidense, particularmente en el contexto de eventos deportivos. De acuerdo con análisis de The New York Times, su auge se vincula con tradiciones colectivas como las reuniones para ver el Super Bowl, donde las Buffalo Wings se han vuelto un acompañamiento esencial, síntoma del impacto sociocultural más allá de la gastronomía. Este fenómeno describe una simbiosis entre la comida casual y los rituales contemporáneos de socialización en bares y encuentros deportivos.

La fama de las alitas trascendió rápidamente las fronteras estadounidenses. Hoy, el platillo figura en menús de todo el mundo, adaptándose a ingredientes y salsas regionales, según relatan BBC Good Food y The Guardian. Estos medios documentan cómo la receta mantiene un núcleo de sabor y preparación, pero se reinventa para satisfacer los gustos locales, reflejando tanto la globalización como la flexibilidad cultural que rodea a este alimento.

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El impacto nutricional de las alitas ha despertado interés en la salud pública, considerando su contenido calórico debido a la fritura y las salsas. Publicaciones como el American Journal of Clinical Nutrition subrayan que la introducción de nuevas técnicas, como el cocinado con freidoras de aire, responde a la búsqueda de alternativas más saludables que permitan seguir disfrutando del platillo sin comprometer la salud. Paralelamente, expertos entrevistados por Bon Appétit recalcan el potencial creativo de las alitas, ya que tanto chefs como aficionados experimentan constantemente con nuevas combinaciones y aderezos, manteniendo viva la tradición y adaptándola a las tendencias actuales. Así, las alitas de pollo ilustran el viaje de un humilde corte hasta convertirse en símbolo gastronómico global, equilibrando historia, modernidad, cultura y bienestar.

¿Qué significa "marinar" en el contexto culinario?
El término "marinar" hace referencia al proceso de sumergir alimentos, en este caso las alitas de pollo, en una mezcla de líquidos y condimentos con el fin de impregnar sabores y suavizar su textura antes de la cocción. El marinado suele incluir ingredientes ácidos, como el vinagre o la mostaza, junto con especias, hierbas y elementos dulces y salados como la miel y la sal, tal como se describe en la receta tradicional de las Buffalo Wings. Esta técnica es fundamental para intensificar el gusto del plato y complementar la posterior fritura o cocción en freidora de aire.

¿Cómo ha influido el uso de la freidora de aire en la popularidad de las alitas?
La incorporación de la freidora de aire como método de cocción para las alitas ha respondido a una demanda creciente por opciones alimenticias más saludables. Este aparato permite preparar las alitas usando menos aceite, lo que reduce significativamente el contenido graso, pero conserva la textura crujiente característica. Informes de publicaciones reconocidas, como el American Journal of Clinical Nutrition, destacan que esta alternativa ha permitido que las alitas mantengan su lugar en la gastronomía moderna, facilitando su disfrute tanto en contextos familiares como en restaurantes, sin sacrificar el sabor ni la experiencia asociada al platillo original.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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