Cifras del Dane apuntan que unas 2,4 millones de personas en el país devengan el salario mínimo. Para esos trabajadores, la fecha de hoy podría ser de celebración si se da la oficialización del anhelado aumento.
Sin embargo, todo indica que no habrá concertación y que, como ha ocurrido en varios años recientes, el Gobierno terminará fijando el aumento mediante decreto.
Desde el año 2000, el salario mínimo solo se ha acordado por consenso en nueve ocasiones, lo que evidencia la dificultad histórica de lograr acuerdos entre las partes.
En los últimos años, la concertación ha sido poco frecuente. Solo se logró en 2022 y 2023, cuando se aprobaron incrementos superiores al 10 %, impulsados por la alta inflación y la pérdida del poder adquisitivo.
Para 2026, las centrales obreras proponen un aumento de 16 %, que llevaría el salario mínimo a cerca de $ 1.650.000, mientras que los empresarios plantean un incremento de 7,21 %, ubicándolo alrededor de $ 1.525.000, más el auxilio de transporte.
Las diferencias entre las propuestas son amplias. Los sindicatos consideran que los empresarios no han mostrado flexibilidad, mientras que estos basan su propuesta en indicadores como inflación, productividad y estabilidad económica.
Ante este panorama, líderes sindicales y analistas coinciden en que es poco probable alcanzar un acuerdo. Si no hay consenso, el Gobierno tendrá plazo hasta el 30 de diciembre para definir el aumento por decreto.
¿Por qué el salario mínimo sube en Colombia?
El salario mínimo en Colombia sube todos los años porque la ley establece que debe ajustarse de manera anual para proteger el poder adquisitivo de los trabajadores.
Este incremento busca evitar que la inflación, es decir, el aumento general de los precios, reduzca la capacidad de las personas para cubrir sus gastos básicos como alimentación, transporte, vivienda y servicios públicos.
Uno de los principales factores que se tienen en cuenta es la inflación causada del año que termina. Si los precios suben, el salario mínimo debe aumentar para compensar ese encarecimiento del costo de vida.
Además, se analiza la inflación esperada para el año siguiente, con el fin de anticipar nuevos aumentos en los precios. Otro elemento clave es la productividad laboral, que mide qué tanto crece la capacidad de los trabajadores para generar valor en la economía.
Cada año, el Gobierno, los empresarios y las centrales obreras se reúnen en una mesa de concertación para discutir el aumento.
Los sindicatos suelen pedir incrementos altos para mejorar los ingresos reales de los trabajadores, mientras que los empresarios buscan alzas moderadas para no afectar los costos y el empleo.
Si no hay acuerdo, el Gobierno fija el aumento por decreto, pero siempre debe garantizar que el salario mínimo suba. En resumen, el salario mínimo aumenta cada año para evitar la pérdida del poder de compra, reflejar el comportamiento de la economía y cumplir con la ley que protege los ingresos de millones de trabajadores en Colombia.
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