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El desayuno proporciona la fuerza esencial para iniciar la jornada. Esta primera comida equilibrada y rica en nutrientes establece la manera correcta de empezar nuestras funciones diarias.
Es fundamental priorizar algunos alimentos específicos en el desayuno para asegurar un aporte óptimo de energía, ya que esto garantiza un comienzo nutricionalmente sólido para enfrentar los desafíos del día a día.
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¿Qué alimentos deben ir en el desayuno?
- Proteínas: son necesarias para la reparación y el crecimiento de tejidos, además de ser esenciales en la producción de enzimas y hormonas. Al integrar fuentes de proteínas en el desayuno, como los huevos, lácteos (leche, yogur, queso), tofu o pescado, proporcionan al cuerpo aminoácidos necesarios para diferentes funciones biológicas. Estos alimentos también ayudan a mantener la sensación de saciedad durante la mañana, evitando sentir hambre entre comidas.
- Carbohidratos complejos: son la principal fuente de energía para el cuerpo. Los carbohidratos integrales, como la avena, cereales integrales, pan integral o quinua, contienen fibra que ralentiza la absorción de glucosa, manteniendo estables los niveles de azúcar en la sangre y proporcionando energía constante y sostenida que dura por toda la mañana.
- Grasas saludables: aunque usualmente escuchamos que se deben evitar las grasas, hay algunas que son buenas y totalmente necesarias para el cuerpo. Estas contribuyen al desarrollo cerebral y son importantes para el funcionamiento de las células. Alimentos como el aguacate, los frutos secos, las semillas y el aceite de oliva son fuentes de grasas insaturadas beneficiosas para la salud cardiovascular.
- Hidratación: este es un aspecto crucial para el correcto funcionamiento del cuerpo. Además del agua puede optar por infusiones o jugos naturales sin azúcares añadidos para aportar líquidos al organismo.
- Frutas y vegetales: estos alimentos proporcionan una variedad de vitaminas, minerales y antioxidantes. Las frutas frescas son una fuente excelente de vitamina C, potasio y fibra. Integrar vegetales al desayuno, como espinacas, tomate o pimentón en los huevos o en batidos, aumenta la cantidad de nutrientes y fibra en el organismo, lo que favorece la salud digestiva y el funcionamiento del sistema inmunológico.
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Combinar estos grupos de alimentos en el desayuno no solo proporciona una amplia gama de nutrientes, sino que también ayuda a mantener niveles de energía estables y promueve una buena salud a largo plazo. Recuerde que las porciones y la variedad son clave para una dieta equilibrada.
*Este artículo fue escrito y curado por periodistas del equipo de Robby Bienestar, con apoyo de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto.
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