Un empresario del sector textil en la región de Loira (Francia), enfrenta una sanción económica luego de que autoridades laborales concluyeran que pedía de manera sistemática a sus empleados llegar minutos antes de la hora oficial de apertura para empezar sus funciones sin que ese tiempo fuera declarado ni remunerado. El caso causó debate en medios locales por la lectura del tribunal sobre el control horario y el respeto a las condiciones laborales.
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La fiscalía acusa al directivo de solicitar reiteradamente a los trabajadores que acudieran al menos siete minutos antes del inicio de la jornada. Aunque el margen parecía reducido, adquirió relevancia tras una inspección de trabajo hecha el pasado 13 de agosto, citada por el diario francés Le Progrès.
Según ese reporte, el inspector llegó a las 9:53 a. m. y encontró al personal desempeñando funciones dentro del local, pese a que la apertura al público era a las 10:00 a. m. La investigación determinó que la dirección pedía al equipo adelantar su llegada para organizar mercancía y preparar la tienda, sin que este tiempo adicional fuera registrado en nómina ni compensado económicamente.
Las autoridades señalaron al empresario por trabajo encubierto y uso de horas extra no pagadas. En su defensa, el titular de la empresa aseguró que los minutos adelantados podían “recuperarse” mediante pausas más extensas durante el día laboral. “No estamos mirando el reloj para ver si se han estado 20 minutos en el baño”, declaró durante su audiencia el pasado 2 de diciembre.

Sin embargo, la presidenta del tribunal desestimó esa explicación, al indicar que ausencias breves —como ir al baño— no constituyen pausas laborales reconocidas. Para la fiscal del caso, el asunto va más allá de un formalismo: “Ellos ganan menos que su empleador, y cinco a diez minutos al día son 80 euros al mes (357.994 pesos), y es algo importante”, afirmó al destacar que pequeños lapsos no pagos pueden convertirse en montos relevantes con el tiempo.
Como medida correctiva, el empresario anunció la instalación de relojes de fichaje en sus establecimientos y nuevas instrucciones para impedir el ingreso del personal antes de la hora establecida. La fiscalía solicitó una multa de 2.000 euros (8’953.700 pesos) —1.000 con suspensión—, cuya decisión final se conocerá a finales de enero.
El derecho laboral francés exige a los empleadores llevar un registro fiable de las horas trabajadas y declarar todo el tiempo efectivo, incluidos los minutos previos si se destinan a tareas propias del cargo. Toda hora adicional a las 35 semanales se considera extra y debe pagarse con recargo del 25 % o 50 %, según corresponda. La inspección laboral puede sancionar cualquier trabajo no declarado, incluso si se trata de unos pocos minutos diarios.
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