
La idea de un mercado lleno de basura, insectos y calor extremo puede parecer imposible hoy, pero existen lugares donde la vida transcurre entre caos y polvo, y donde la rutina de comerciantes y clientes se desarrolla como si nada.
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Calles abarrotadas, olores penetrantes y montones de residuos conviven con los sonidos de las personas y el zumbido constante de moscas, creando un panorama que pocos podrían imaginar.
El colombiano PlanetaJuan, conocido por sus exploraciones de destinos poco convencionales, decidió mostrar esta realidad a su audiencia viajando hasta Karachi, en Pakistán, una de las ciudades más densamente pobladas del mundo.




En su recorrido por uno de los mercados más sucios del planeta, capturó imágenes que pronto se hicieron virales, sorprendiendo a miles de internautas por las condiciones extremas que se viven allí a diario.
El mercado que recorrió parecía estar gobernado por el desorden: puestos de carne, pescado y vegetales abiertos al calor, rodeados de moscas y charcos de agua sucia. Incluso los insecticidas resultaban insuficientes para controlar la infestación de insectos.
A pesar de ello, los comerciantes continuaban con sus ventas y los compradores mantenían la calma, demostrando una sorprendente adaptación a un ambiente que para muchos sería insoportable.
Sin embargo, PlanetaJuan no solo se enfocó en la suciedad. También destacó la calidez de la gente local, que lo recibió con amabilidad y lo trató con respeto, mostrando que, incluso en condiciones adversas, la hospitalidad puede prevalecer.
El colombiano aprovechó para mostrar el contraste que ofrece Karachi: mientras el mercado es caótico y ruidoso, algunos palacios y espacios históricos conservan la tranquilidad y belleza que parecen olvidadas entre el bullicio urbano.
Un aspecto que impactó profundamente al creador fue el comercio de animales vivos en el mercado. Gatos, conejos, gallinas y pájaros eran vendidos en jaulas diminutas bajo el sol abrasador, muchos de ellos con signos claros de agotamiento y deshidratación.
Este escenario le hizo reflexionar sobre las difíciles condiciones en que muchas especies sobreviven y cómo la rutina humana puede coexistir con la explotación animal.
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El video no solo muestra un mercado extremo y sucio, sino que también invita a reflexionar sobre la resiliencia de quienes viven allí: entre basura, calor y moscas, la vida sigue, y la humanidad se mantiene presente en medio del caos, demostrando que incluso en los entornos más difíciles, las personas y la esperanza encuentran la manera de coexistir.
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