Alejandro Sabella nació un 5 de noviembre de 1954, en el seno de una familia acaudalada del Barrio Norte de Buenos Aires. Era un estudiante excepcional, sobre todo en las materias de lenguas humanas e historia. Alcanzó a cursar 2 años en la facultad de derecho de la UBA, pero tuvo que dejar la carrera por su otra pasión: el fútbol.

Empezó su carrera en las categorías inferiores de River Plate, mostrando desde pequeño cualidades para jugar como enganche puro, y portar la dorsal #10. Por su estilo de juego parsimonioso se ganaría el apodo de “Pachorra” (que significa pereza en lunfardo).

Debutó en primera en 1974 y estuvo en el equipo campeón del campeonato 1978, el mítico equipo del Beto Alonso que cortó una racha de 18 años sin títulos locales en la avenida Figueroa Alcorta.

El mismo año que debutó en la primera de River, moría el presidente Perón, y dos años más tarde se dio el golpe de estado con el que la junta militar argentina, presidida por los generales Videla y Galtieri, tomarían el poder.

Su “proceso de reorganización nacional” dejaría un saldo de aproximadamente 30.000 muertos y desaparecidos, en una operación sistemática de persecución a los militantes socialistas, sindicalistas y otros sectores de la sociedad. Bajo ese contexto, Alejandro creció militando en las juventudes peronistas, y haciendo acciones populares en barrios carenciados de la ciudad de Buenos Aires.

Una vez el Beto Alonso llegó de su etapa en el Marsella, firmó un contrato por 160.000 libras para jugar con el Sheffield United. Durante su etapa en Inglaterra se le conoció como “Alex” y dejó una buena impresión jugando para los ‘Blades’, aunque no fue el mejor momento de su equipo. Luego jugaría en el Leeds United, y finalmente en 1981 pegaría la vuelta a Argentina. Su siguiente club marcaría su carrera: Estudiantes de la Plata.

Bajo el mando de Carlos Bilardo empezaría su relación con el ‘Pincha’, que terminó siendo su casa. Se transformó en la figura del equipo campeón del Metropolitano 1982 y Nacional 1983. Luego, con la llegada de Bilardo al banco de la selección argentina, tendría sus únicas experiencias con la celeste y blanca, en la Copa América de 1983. Allí competía la posición de enganche con históricos como el Beto Alonso y Bochini, y también con jóvenes como Jorge Burruchaga y un tal Diego Armando Maradona. Por tal razón, solo jugó en 4 partidos con la celeste y blanca.

Eventualmente se retiraría en el año 89, a sus 35 años. Pero luego vendría la etapa más gloriosa de Pachorra con el fútbol: la Dirección Técnica.

Inicialmente fue asistente técnico de Daniel Pasarella, de 1990 a 2007. Estuvo en el plantel que jugó en Francia 1998, y se devolvió en cuartos de final contra Holanda. En Marzo del 2009 asume la dirección técnica de Estudiantes de la Plata, y en ese mismo año logra levantar la Copa Libertadores de América, ganándole la final a Cruceiro en Belo Horizonte.

Aquel equipo ‘Pincha’ era capitaneado con Juan Sebastián Verón, pero era un equipo obrero, lleno de oficio táctico, juego físico, orden y trabajo en equipo. Fiel a la identidad ‘Pincharrata’, y fiel también a los valores que pregonó Sabella durante su tiempo como DT.

En la noche de Abu Dhabi en la que Estudiantes enfrentó al mejor Barcelona de Guardiola, Sabella arengó a sus muchachos: “Se los repito ahora. Acá sí están sus familias. Cuando entren a la cancha miren la camiseta de Estudiantes. Miren a sus familias. Miren el cielo que hay una gran camiseta. Con lo máximo que puedan, a buscar otra estrella, que se la merecen. Este club se la merece. Para entrar en la gloria. Vamos muchachos. Si perdemos el equilibrio y dejamos de pensar, estamos muertos. Hay que pensar y correr. Pensar y correr. Eh“.

El Barcelona sudó sangre para poder ganar ese mundial de clubes. Solo pudo quebrar las defensas pinchas al minuto 110 del suplementario, con un gol de Messi, de pecho.

Con esta experiencia en clubes, llegó al banco de la selección argentina, en el año 2011. Argentina venía de fracasar en su propia Copa América, y el estilo de juego del equipo era muy cuestionado. Pachorra, como primera orden le dio la banda de capitán a Lio, y empezó a darle la confianza que necesitaba, y a armar un equipo en torno a él.  El día que asumió le dijo al plantel: “Allí tenemos la bandera argentina, creada por Manuel Belgrano. Él dio todo por la Patria, dejó su sueldo, murió pobre. Es el ejemplo a seguir: el de poner el bien común por encima del individuo“.

Mucho se especulaba en ese entonces sobre porqué Messi no brillaba tanto con la selección como lo hacía con el Barcelona, y a parte de la explicación obvia de que le faltaban Xavi e Iniesta, era principalmente porque la selección no jugaba como un equipo cuando se encontraba el 10 en la cancha.

Sabella le pudo dar la vuelta a eso, y los resultados le fueron dando la razón. En el proceso de eliminatorias a Brasil 2014 se vio un equipo sólido y cohesionado. No siempre dando el mejor fútbol, pero sólido como en periodos anteriores no se había visto. Clasificó como primera de las eliminatorias (claro está, ante la ausencia de Brasil por ser la anfitriona).

En Brasil 2014 renunció inicialmente a la idea que había mostrado durante las eliminatorias y en el debut contra Bosnia paró una línea de 5 en el fondo. La prensa lo quería matar, pero Pachorra se mantuvo calmo y continuó con su trabajo.

A medida que iba avanzando el torneo Argentina se fue mostrando sólida contra sus diferentes rivales. Suiza, Bélgica y Holanda fueron los rivales a vencer en su camino a la final, y a pesar de que se ganaron aquellos partidos con poco margen de maniobra, se reconocía a un equipo con aplomo táctico, parecido a su Estudiantes campeón de América.

Llegada la final con Alemania, quiso el destino que la puntería estuviera del lado de los alemanes, y perdió por 1-0 en el alargue. Si Palacios hubiera definido por abajo, si Higuaín no fuera Higuaín, si hubiese entrado una de las tantas que tuvo Messi en el primer tiempo, tal vez estaríamos contando otra historia.

Luego de la final del mundo perdida, Sabella renuncia a la selección argentina. Al respecto declaró: “Ser DT de la Selección es desgastante, necesitaba un descanso, no estaba para dar lo que exijo. No iba a ser útil para la Selección, porque no iba a poder dar el 100% que les pido a los demás. Si no podés dar el 100 por 100 no honrás las convicciones que tenés“.

Sabella vivió el resto de sus días en el retiro tranquilo, recibiendo reconocimientos por su trabajo y por su aplomo en sus declaraciones. Pachorra no fue el típico argentino lleno de sí mismo y prepotente, sino que por el contrario era un trabajador y un educador. Le gustaba repetir una frase de Gandhi que dice “El día que perdamos la humildad habremos puesto el primer ladrillo para construir el edificio de nuestro fracaso”.

Dejó una huella enorme sobre los jugadores a los que entrenó, entre ellos Lionel Messi, que en su cuenta de Instagram dijo “Fue un placer compartir tanto con vos”.

Este martes falleció como consecuencia de una cardiopatía aguda con la que venía batallando desde el pasado 25 de noviembre, producto de una descompensación originada en parte por la noticia del fallecimiento de Maradona.

El fútbol en general, y el fútbol argentino en específico, pierden a un gran estratega que era capaz de hacer mucho con poco. Un excelente gestor de vestuario, y por sobre todas las cosas una excelente persona, que siempre se interesó en educar y dejar huella en los que pasaban por su vida. Descansa en paz, Pachorra.

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