Quedaban 15 kilómetros para la meta y, en plena cuesta, intempestivamente, mi esposo se baja de la bicicleta y me dice: “Jijuepuerca, agarro y me voy en taxi”. Ahí estaba él. Santandereano. De esos aguerridos. De los de fuerza y coraje. De los arrebatados. Pero también de los nobles.

Camino a Santiago
Camino a Santiago / Cortesía Mónica Toro de Ferreira

Tuvo una crisis. Estaba reventado. Su cuerpo no daba más. Llevábamos 7 horas en la bicicleta y ya no solo eran las piernas y los glúteos los que se quejaban, también la espalda, las manos, los riñones. Ya era un cuerpo casi en vía de extinción.

Asustada y abnegada, frené rápidamente y le dije: “No. Tranquilo. Estira. Vamos para adelante”. Pero no lo aceptó. Estaba enceguecido con su dolor. Su mente fuerte se había opacado. Sus oraciones se habían esfumado. Parecía otro.

Pasaron 20 segundos en esta historia, hasta que decidió montarse de nuevo a su caballito de acero. En silencio, llegamos a un bar, a 2 kilómetros, y se tomó un café doble expreso. Lo puso a volar.

Mónica Toro de Ferreira
Mónica Toro de Ferreira / Cortesía Mónica Toro de Ferreira

Dura travesía de hoy. Montañosa. Helada. Con una Galicia que olía a campo, a cocheras de marranos, a popó de gallina, de caballos y de vacas. Sembrados de repollo, acelgas y lechugas. Senderos y bosques donde el cansancio se contaminaba con el fuerte olor a empresas fertilizantes y de abono. Queríamos dejar de respirar.

Camino a Santiago
El mojón de los 100 kilómetros / Cortesía Mónica Toro de Ferreira

En esta etapa, en Sarria, encontramos el mojón de los 100 kilómetros, lugar donde los caminantes pueden empezar su peregrinaje, para obtener la Credencial del Peregrino.

Terminamos la etapa una hora y 15 minutos después. Llegamos en línea roja. Consumidos. Macilentos. Descompuestos de suplicio. Quedaba un solo día para terminar la peregrinación y ese ya era nuestro postre.

En su crisis, me lo dijo después él, Carlos Orlando había recordado las necesidades y plegarias por las cuales había venido a hacer el Camino de Santiago. También revivió las caídas de su pasado y el valor que sacó para superarlas. Y allí, encontró la valentía para terminar el día en su bicicleta.

Camino a Santiago
Camino a Santiago / Cortesía Mónica Toro de Ferreira

Una prueba más que nos ponía el Camino. Y un ejemplo más para asimilarlo a las situaciones de la vida. Hay momentos en que las crisis llegan y desean tumbarte al vacío. Estropearte. En segundos, una decisión puede cambiar para bien o para mal tu camino. En segundos puedes fallar a alguien o fallarte a ti mismo. En segundos, puedes decir lo que después deseas no haber dicho. Incluso, puedes quedarte sin decir, lo que con tantas ganas deseaste haber dicho.

Crisis de segundos, que también pueden durar días, meses y años. Y es que este Camino te lleva al límite. Al límite de tu esfuerzo físico y de tus capacidades emocionales. Es un espejo, con retrovisor y con cámara inteligente de Sim Card indefinida. Es un verdadero Camino de las Estrellas por donde pasan peregrinos en más que alfombras rojas.

Camino a Santiago
Carlos Ferreira, Luz Ángela Botero y Mónica Toro / Cortesía Mónica Toro de Ferreira

Mi esposo, claro, es uno de ellos. Pero también lo son los valientes que terminaron y los que están a punto de hacerlo. Es el caso de Luz Ángela Botero Botero, una colombiana cachaca guapetona. De esas entaconadas elegantes que cargan hasta secador en cartera, por si se despeinan un pelo.

Renunció a su trabajo, se pensionó y decidió un tiempo para ella. Su cirugía de corazón abierto no fue impedimento para buscar esta peregrinación. Medicina en mano y a cuestas lleva 660 kilómetros caminando. Ha encontrado en el Camino la sensibilidad de las pequeñas cosas de la vida. Una tendinitis en su tobillo la detuvo 3 días en Triacastela, pero aspira llegar a Santiago en 5. Sin dejar de ser vanidosa, decidió que en Bogotá se bajará de los tacones para ver el mundo desde otra altitud.

Jesús Morales
Jesús Morales, español de 79 años. / Cortesía Mónica Toro de Ferreira

También es el caso de Jesús Morales, un español de 79 años que con este completa su octavo camino. Y espera llegar a los 10. El primero lo hizo por religión, los siguientes han sido por espiritualidad. Se le ve fortachón. Y necesita estarlo para caminar los 800 kilómetros en que debe caminar en 25 días. Un ejemplo de vida.

Grupo de españolas
7 chicas españolas amigas desde el colegio / Cortesía Mónica Toro de Ferreira

Qué decir de Compostelanas 5.0, 7 chicas españolas amigas desde el colegio. No importa las diferencias políticas ni sus inclinaciones futbolísticas. Sus vidas tomaron diferentes caminos, pero siempre han estado unidas, y ahora más que, desde la celebración de los 50 años de todas, hace 5 años, toman 5 días a la semana para caminar 5 etapas del Camino.

O el caso de un militar de 45 años del Ejército de los Estados Unidos, quien estuvo 18 años en Afganistán y tras ver la muerte de su hijo por una sobredosis, decidió pedir la baja, sanar su corazón y refugiarse en el Camino, para encontrar los silencios de su corazón.

Pero también está la historia del abuelo que quiso llevar a su nieto al Camino de Santiago a sanarlo de una enfermedad que él creía tener: homosexualidad. Durante el Camino, el abuelo oraba para pedir por la curación de su nieto y tras recorrer 400 kilómetros caminando, en el Monte Gozo, a 4 kilómetros de la Catedral de Santiago de Compostela, el abuelo entendió que quien estaba enfermo era él y no su nieto. Llegaron abrazados y felices a la Iglesia, ofreciéndole perdón por no haberlo entendido antes.

Como ven, el Camino de las Estrellas dice transformar momentos, pensamientos, vidas. Solo hay que venir y estar dispuesto a recibir de él, eso sí, sin desperdiciar los segundos que en él se respiran.

Tips de MamiBoss

– Tenga en cuenta que un día con dormida y alimentación puede costarle mínimo 35 euros.

– Aparte de sus tres comidas diarias imprescindibles, lleve en su maleta agua y onces. El peregrino debe estar bien alimentado.

– Llegue mínimo dos días de anterioridad al punto de inicio de su peregrinación. Recuerde que en España son 6 horas más que Colombia en verano y 7 en invierno. Con eso, su ciclo de sueño se acomoda para el recorrido.

Mañana, última etapa del Camino de Santiago.

Más fotos en mi Instagram @montorferreira

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*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.