Que el Camino de Santiago tenga siempre presente el pan y el vino en la ‘mesa’ como lo hizo Jesús en la Última Cena con sus 12 discípulos, no es casualidad. Para mí es una bendición de Él para la tierra que le abre las puertas a sus peregrinos.

Eso lo vimos a lo largo y ancho en La Rioja, una región española, encontrada en la segunda etapa de nuestro recorrido, donde predomina la siembra de trigo y el cultivo de la uva, materia prima del pan y del vino, respectivamente.

Momentos gloriosos para nosotros mientras pedaleábamos y divisábamos ese paisaje de la vida. Una anestesia para un día caluroso, 43 grados de temperatura, pero menos agotador físicamente.

Esta vez gastamos 7 horas y 30 minutos. Tomamos fotos y comimos ricos bocadillos españoles: pan francés con jamones curados, o tortillas, o tocineta, o chorizo o atún. Como nuestro sánduche, aunque acá dicen que más refinado.

Hubo más energía calórica y también espiritual. Bello encuentro en medio de los trigales, cuando debajo de un árbol frondoso yacía una serenata de una bella señora que con su acordeón nos alegraba el paso. La oración al Peregrino y 10 Padre Nuestros para orar abrieron ese banquete de vivencias que degustaríamos durante el día: naturaleza reluciente, vistas panorámicas y silencios que seguían convirtiendo el recorrido en una armónica meditación.

Mónica Toro de Ferreira
Mónica Toro de Ferreira / Pulzo

Y es que el Camino a Santiago, junto a Roma y Jerusalén, es el 3 gran destino de peregrinación cristiana en el mundo, según la Oficina de Acogida al Peregrino. Este se hizo popular al considerar que el apóstol Santiago tenía capacidad de intersección ante Dios y tras descubrirse su tumba en España, en el año 813, se construyó una pequeña iglesia donde empezaron las peregrinaciones masivas. Hoy, allí, está la Catedral de la ciudad Santiago de Compostela, de 100 mil habitantes.

Su fama fue aumentando y con ella la obligación de un país y organizaciones, de darle seguridad a todos los peregrinos. A partir de 1970 se empezó a adecuar para ser recorrido por bicicletas y caballos. Repararon puentes y señalizaron las rutas en el camino y en las poblaciones donde se ingresa.

Y vaya. Lo hicieron muy bien. Usted nunca tendrá pérdida. Postes, paredes, mojones viales y asfaltos por donde debe ir el peregrino están marcados con una flecha o un símbolo de una concha, ambos amarillos, que distinguen las rutas del Camino a Santiago.

Este símbolo nace por conservar la forma como antiguamente los peregrinos demostraban su visita a Santiago, ya que al finalizar el recorrido, tomaban una concha de esa ciudad.

Mónica Toro de Ferreira
Mónica Toro de Ferreira / Pulzo

También preservaron el ritual que tenían de que el sendero debía ingresar siempre a la Plaza Mayor de cada población, con ello los peregrinos visitaban las iglesias y conocían, también la cultura de cada pueblo.

En las 6 poblaciones recorridas el día de hoy nos topamos con casas altas de dos niveles y con balcones, de donde cuelgan desde flores hasta panties y sábanas. Calles empedradas. Callejones estrechos. Albergues públicos y privados. Restaurantes peregrinos. Pueblos donde hay más casas que habitantes, o por lo menos, eso es lo que se ve.

Pero ahí, en esos espacios que nos ceden los españoles a los peregrinos, es donde se conecta el alma con los pensamientos, los cuestionamientos y los sueños.  Y es allí donde se empieza a cocinar esa magia del Camino. Absorbes tu fe, tus creencias, tus valores. La de quienes te cruzas en el recorrido. O simplemente dejas volar todo sin que nada te pellizque. Todo depende de ti. De tu predisposición.

Así le pasó a Aitor Fernández, un chico español que hizo su camino hace 10 años, tras la muerte inesperada de su madre. Según él, ese triste episodio sumado al caótico estilo de vida que llevaba, lo llevaron a hacer la peregrinación caminando por 30 días, encontrando allí la sanación a sus dolores internos y el giro oportuno de sus pensamientos, logrando, entonces, ser hoy un próspero empresario dueño del bar de Ventosa, donde finalizamos la etapa de hoy.

Mónica Toro de Ferreira
Mónica Toro de Ferreira / Pulzo
Mónica Toro de Ferreira
Mónica Toro de Ferreira / Pulzo

Cansancio acumulado, claro. Cuerpo congestionado. Pero también olvidado rápidamente. Superado por la creencia de que nuestro recorrido va por ese mismo lenguaje del peregrino. El del Buen Camino.

Espera mañana la crónica de la Tercera Etapa. Serán 12 en total.

Encuentra más fotos del recorrido en mi Instagram @montorferreira o sígueme en Twitter.

Tips de #Supermamiboss

  • Al llegar a España compre una SIM prepago con internet ilimitado, en cualquier establecimiento de telefonía móvil. Costo: desde $50.000. Esto le servirá para descargar las diferentes aplicaciones del Camino.
  • Si sufre de problemas cardiacos, respiratorios o musculares, pregúntele a su médico si es usted un candidato para hacer este recorrido.

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