Mi esposo Carlos Orlando, mis dos hijos, Guadalupe y Salomón. Y los tres hijos más de mi esposo y de los retoños que allí se ‘cocinen’. Todo pasa, pero desde el punto de vista mío, de la mujer, la esposa y mamá.

Soy periodista y con diploma de maestría online. Aunque maestro, como Dios, para mí, ninguno. Hija de madre soltera, corajuda, valiente y admirada. Soy aguerrida. Pienso que todo lo puedo. Me pongo en los zapatos del otro y hasta ando con ellos. Soy imperfecta. Me equivoco. Pero buscando siempre la metamorfosis propia. Algunas veces terca, pero siempre risueña. Tranquila. Pero metódica. Eso sí, pícara de palabra y seductora de corazón.

Nunca vi caricaturas en televisión hasta hace 6 años que nació mi hija. A los 2 años pedí patines, en vez de muñecas. Respiro deporte. El patinaje de velocidad fue mi primera pasión. 104 medallas nacionales y una preselección Colombia. Ciclismo, atletismo y arduos campos de entrenamientos que me hagan sentir muerta en vida. Lo juro, amo el dolor del cansancio muscular, de la garganta a punto de explotar. Esa. La sensación de que lo he dado todo.

Amo ser mamá. Dedicarme a ellos. A sus estudios, actividades extras y a sus descansos. A entender sus silencios. A aceptar sus temperamentos. Acá estaremos hablando de la vida familiar. Todo lo que ocurre con ella, con ellos, contigo. Días tranquilos, pero también caóticos. Nunca faltantes de amor.

Una mamá con la convicción de creer que todo está bajo control: la cama, la cocina, el baño, la oficina, el carro, las facturas y el estado de cuenta con el esposo. Pero, con la tranquilidad y la realidad de saber que no solo yo, sino todas las mamás, también nos cansamos, nos olvidamos, nos enfadamos, pero nos recargamos, como resucitando, tras volver a ver la foto de ese abrazo de tu esposo y de esas manos pequeñitas que necesitan crecer a tu lado.

Por 6 años sobreviví sin tener redes sociales, sin tenerlas. Pero tras mis hijos ingresar al colegio, y lograr tener el tiempo para implementarlo en más conocimiento para mí, me postulé para una Maestría en Marketing Digital y Redes Sociales, razón por la cual debí abrir las mías.
Y aunque para muchos fue tarde mi llegada a las redes, para mí fue el momento perfecto. Espero tener allí seguidores fieles que amen lo que hago, mas no lo que soy o lo que llevo y tengo. Que sean cómplices de mis historias. Que sean degustadores. A ellos, a ti, bienvenidos.

Si amas tu familia. Si amas lo que eres después de ellos. Eres de los míos. Podrás leerme. Tendremos mucha tela qué cortar y conversaciones por cocinar.

A mi familia, como en el libro de Cometas en el Cielo, Por ti lo haría mil veces más.

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