El desierto de la Tatacoa (Huila), ha sido testigo de un hallazgo paleontológico de singular importancia y con un toque de sabor colombiano: el descubrimiento de una tortuga fósil que ha sido bautizada como ‘Shakiremys colombiana’, en homenaje a la icónica cantante Shakira.
El hallazgo de este fósil, que vivió hace 13 millones de años, hecho en los renombrados yacimientos de La Venta (lugar famoso por numerosos descubrimientos), no solo enriquece el patrimonio científico de la región, sino que también destaca la riqueza natural que hay en el país y en esta región del departamento huilense, muy apetecido por estudiosos y turistas.
Este extraordinario fósil fue rescatado por un equipo colaborativo de la Universidad del Rosario y personal del Museo de la Tatacoa. Lo que hace a la ‘Shakiremys colombiana’ única no es solo su antigüedad, sino su increíble estado de conservación. La especie está representada por un cráneo completo y dos caparazones articulados, un conjunto que la institución de educación superior destaca como uno de los registros más completos de tortugas fósiles encontrados hasta la fecha en esta área del país. Su estudio promete desvelar secretos fundamentales sobre la biodiversidad prehistórica suramericana.
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El uso de tecnología de vanguardia fue crucial para empezar a descifrar la vida de esta antigua habitante del Huila. Mediante la aplicación de la tomografía computarizada, los científicos lograron obtener una visión detallada de sus características internas, determinando su gran capacidad de adaptación ecológica. Los estudios indican que era un organismo sumamente adaptable, capaz de prosperar en diversos ambientes acuáticos, desde turbias ciénagas hasta aguas cristalinas.
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En cuanto a su alimentación, el análisis sugiere que la tortuga fósil poseía una dieta omnívora. Esta versatilidad ecológica y dietética probablemente fue clave para su supervivencia y dominio en la región hace millones de años. El nombre, además de ser un tributo a la estrella barranquillera, resalta la importancia de este animal endémico que, con su descubrimiento, asegura un lugar permanente en el panteón de la paleontología colombiana, reafirmando el desierto de la Tatacoa como un tesoro invaluable de la historia natural.
“Pregunta, ¿la tortuga tiene caderas?”, “¿los caparazones no mienten?“, “en la mitología indígena del Guainía a la tortuga se le entregan las cargas emocionales que no queremos seguir cargando”, son algunos comentarios que rondan en distintas publicaciones en redes sociales.

¿Qué fósiles se han encontrado en el desierto de la Tatacoa?
El Desierto de la Tatacoa (Huila), no es solo un paisaje árido de belleza singular; es también una de las cunas paleontológicas más importantes de Colombia. Los hallazgos en esta región, que geológicamente corresponden al mioceno medio y superior (hace aproximadamente 13 a 12 millones de años), han ofrecido una ventana excepcional a la fauna que pobló Sudamérica antes del Gran Intercambio Biótico Americano.
Los paleontólogos han desenterrado una impresionante variedad de especies extintas en Tatacoa. Uno de los ejemplares más representativos es el ‘granastrapotherium’, un mamífero gigante pariente de los actuales tapires, a menudo apodado el ‘marrano de la Tatacoa’. Se han encontrado también restos de perezosos gigantes, roedores enormes como el ‘phoberomys’, y primates como el ‘neosaimiri’, un antepasado del mono ardilla.
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