Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Oct 8, 2025 - 2:31 pm
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El concierto de Guns N’ Roses realizado el 7 de octubre de 2025 en el Estadio Vive Claro de Bogotá significó mucho más que una simple presentación musical. Este evento reunió a una multitud entusiasta, consolidando la importancia de la capital colombiana dentro del itinerario internacional de grandes bandas. Desde el inicio, el ambiente estuvo marcado por la atmósfera de celebración, con asistentes vistiendo emblemas de grupos icónicos del género como Iron Maiden y Metallica, enalteciendo una verdadera hermandad rockera en un contexto global. En la apertura, la participación de 1280 Almas, reconocida banda colombiana, reafirmó el vigor del rock nacional y la capacidad de Bogotá de mezclarse con corrientes internacionales, en concordancia con lo reportado por El Espectador.

La puesta en escena fue, además, terreno fértil para mensajes políticos y homenajes significativos. Uno de los momentos más comentados fue el acto de Axl Rose, líder de Guns N’ Roses, quien levantó una bandera de Palestina tras interpretar “Civil War”, junto a la declaración “I don’t need your civil war”. Este gesto silencioso, lejos de ser casual, se alineó con una larga tradición del rock como plataforma para el activismo y el comentario social. La velada incluyó, además, un tributo a Ozzy Osbourne –figura central de Black Sabbath–, reflejando cómo el concierto trascendía el entretenimiento para convertirse en memoria colectiva y espacio de reconocimiento dentro del universo del rock, de acuerdo con El Espectador.

No menos relevante resultó el modo en que la banda desafió las convenciones de la industria musical, que generalmente atribuye la “frescura” a artistas jóvenes. Axl Rose, con constantes cambios de chaqueta, junto al virtuosismo de Slash y Richard Fortus, entregaron una actuación dinámica y vital, culminando con “Paradise City” ante la euforia generalizada. Este despliegue renovó el debate sobre la relevancia de los músicos veteranos en la industria actual. Como señala la consultora Nielsen Music, existe una tendencia creciente en la demanda de conciertos en vivo de agrupaciones legendarias, impulsada por la nostalgia y el deseo de experiencias genuinas frente a una modernidad musical marcada por lo efímero y lo digital.

Más allá de lo musical, la noche en Bogotá demostró la fuerza del intercambio cultural y la música como vehículo de expresión política. El posicionamiento de Axl Rose respecto a un tema internacional como el conflicto en Palestina, en el contexto latinoamericano, puso en evidencia el papel catalizador del rock en la formación de sensibilidades compartidas. Momentos como la interpretación de “November Rain” resumieron la dualidad de grandeza y vulnerabilidad que define tanto a las leyendas del género como a sus seguidores, estableciendo un vínculo humano e intergeneracional en el corazón de la ciudad.

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Así, el regreso de Guns N’ Roses a Colombia se configura como un símbolo de la persistencia, renovación y traslado de significados que mantienen vivo el espíritu del rock. Cada acorde, gesto y homenaje en el estadio revive preguntas sobre cómo se negocia la memoria histórica del género y su contexto de resistencia en una sociedad en proceso de cambio, tal como se concluye en los informes de Nielsen Music y estudios musicales y políticos citados.

¿Cuál fue la importancia de elegir a 1280 Almas como banda telonera?
El hecho de que 1280 Almas abriera el concierto de Guns N’ Roses no solo evidenció el lugar relevante del rock colombiano actual, sino que permitió un diálogo directo entre diferentes generaciones y escenas musicales. Para la audiencia local, ver a una banda nacional compartir escenario con un ícono global representa tanto un reconocimiento como una oportunidad de crecimiento y exposición. Esta elección refuerza el papel de eventos internacionales como espacios para visibilizar identidades y sonidos autóctonos, promoviendo el intercambio entre culturas que comparten la pasión por el género.

¿Por qué el rock es considerado espacio de protesta social?
El rock ha sido tradicionalmente un género asociado a la rebeldía, la crítica al statu quo y la reflexión sociopolítica. Acciones como la de Axl Rose mostrando la bandera de Palestina en Bogotá se inscriben en esa herencia histórica en la que músicos aprovechan grandes escenarios para abordar temas de actualidad, generando conciencia y promoviendo debates. Este carácter contestatario no solo trasciende décadas, sino que también muestra la capacidad de la música para conectar luchas en distintos contextos y contribuir a la formación de identidades sociales y políticas a través del arte.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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