El cese de operaciones de las dos compañías aéreas provocó un caos en mercado aeronáutico del país. Aunque en su momento se creyó que las dos empresas podrían ser salvadas, finalmente ambas anunciaron su quiebra en los últimos días.

(Vea también: Filtran detalles de cómo fue el último vuelo de Ultra Air; angustia e incertidumbre sobraron)

Lo que llamó la atención fue que, pese a que quizá tenían claro lo que podía pasarles en un futuro cercano, las aerolíneas de bajo costo continuaron vendiendo tiquetes y afectaron a miles de viajeros que tuvieron que ser reubicados en otras aerolíneas, aunque la mayoría de ellos aún se encuentra en el limbo.

De acuerdo con lo mencionado por las dos compañías, los costos en dólares, el aumento en el precio del petróleo, la inflación, entre otros factores, fueron las razones que las llevaron a cerrar sus operaciones. Sin embargo, hay algo más allá que podría explicar que todo venía mal desde hace un buen tiempo.

Ultra Air y Viva Air: qué problemas tuvieron desde su creación

Desde que se fundó en 2009, Viva Air se convirtió en la primera aerolínea ‘low cost’ en Colombia. No obstante, solo hasta mayo de 2012 inició sus operaciones y entró a competir en el mercado después de tener el capital necesario para su funcionamiento.

Por su parte, Ultra Air arrancó operaciones en 2022, aunque todo parece indicar que no contaba con el suficiente respaldo para sobrevivir en el mercado. De hecho, Cambio afirmó que fue registrada dos años antes en la Cámara de Comercio del Oriente Antioqueño con un capital de apenas 1.026 millones de pesos.

La idea de negocio de las dos empresas era reducir lo más posible los costos para los viajeros en Colombia. Por tal motivo, vendían tiquetes a precios asequibles y les daban la opción a sus clientes de complementar sus servicios con servicios como fila preferencial, equipaje en bodega, elección de asiento, entre otros, que subían el valor de la compra en dado caso de que el comprador los requiriera.

Lee También

Sin embargo, las ventas que tenían las dos aerolíneas al parecer no se equiparaban con los gastos, ya que el alquiler de aviones, en algunos casos bajo la figura de leasing (alquiler con opción de compra) ahogó sus finanzas. Según explicó la revista mencionada, las empresas arrendatarias de los aviones empezaron a exigir pagos por adelantado, por lo que las deudas fueron pan de cada día.

En el caso de Ultra Air, al momento de su quiebra presentaba un endeudamiento que superaba el 119 %. Además, “tenía créditos con Bancolombia por más de 39.000 millones de pesosmás de 8 millones de dólares— y un leasing financiero de la flota actual (seis aviones) por un valor de 205.420 millones de pesos”, aseguró el mismo medio.

Respecto a Viva Air, la revista mencionó que el caso era mucho peor, pues el pasado enero sumaba pasivos por 4.7 billones de pesos. No obstante, cuando intentó recuperarse con la posible alianza con Avianca, solo presentó deudas superiores a los 738.000 millones de pesos.

Lo cierto es que ninguna de las dos aerolíneas contaba con el capital suficiente para respaldar su modelo de negocio, por lo que con el paso del tiempo las cifras en rojo fueron más preocupantes. Sin embargo, continuaron vendiendo tiquetes para buscar un flujo de caja y fue así como ofertaron promociones atractivas, muchas de las cuales quedaron en la deriva por el cierre de operaciones.