Conforme los días se siguen conociendo nuevos detalles detrás del cese de operaciones de la aerolínea de bajo costo Ultra Air.

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Esta vez el CEO, William Shaw, reveló al periódico El Tiempo que la compañía terminó con una deuda bancaria de US$8 millones, y cuentas por pagar de US$14 millones.

Aunado a estas deudas, los arrendadores no dieron espera y optaron por retirarle tres aviones, quedando así Ultra solo con tres en su flota.

Según la propia aerolínea, el aumento del costo del combustible, la desfavorable tasa de cambio y la inflación hicieron mella, y además los proveedores y arrendadores de las aeronaves se pusieron más estrictos cuando quebró Viva.

Además, las cifras entregadas por el CEO coinciden con versiones conocidas por EL COLOMBIANO, en relación a que la suspensión de operaciones se dio luego de recibir la negativa del Fondo Nacional de Garantías para respaldar un financiamiento de hasta US$22 millones que buscaba la compañía.

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Por ahora la incertidumbre es mayúscula y varios colombianos tienen embolatados sus viajes de Semana Santa, pues Ultra había vendido 63.500 tiquetes solo para esta temporada.

Las medidas transitorias de apoyo de otras aerolíneas dejan un saldo de 125.631 pasajeros –perjudicados por los ceses de Viva y Ultra– respaldados, según la Aerocivil.