En una decisión polémica que suscitó el descontento entre clínicas, hospitales y otros prestadores del servicio de salud, la Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud) decidió suspender temporalmente el giro directo de recursos públicos a la Nueva EPS.
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La suspensión, según la entidad, obedecía a un rezago estructural en la revisión y conciliación de más de 15 millones de facturas de la misma entidad. Sin embargo, el Gobierno rectificó su posición y aseguró que no se suspenderán los pagos hacia la Nueva EPS, según informó El Tiempo.
En lugar de ello, la Supersalud implementará un esquema de control previo más riguroso para revisar las cuentas por pagar de la Nueva EPS y garantizar así un flujo constante de recursos hacia la red de prestadores. El objetivo primordial es no afectar la prestación del servicio médico y mantener la estabilidad financiera en el sistema de salud.
“El propósito de la medida es proteger a los usuarios de Nueva EPS, manteniendo pagos regulares a la red e incrementando los que corresponden para el mejoramiento de las carteras”, indicó Giovanny Rubiano García, superintendente de salud, de acuerdo con el rotativo.
Para el citado medio, este martes 5 de agosto, la entidad publicará una nueva versión del documento, pero sin el parágrafo que suspendía los pagos, tema que causó controversia y reclamos por parte de directivos de clínicas y hospitales.
Intervención del Gobierno Petro a Nueva EPS
Esta fue anunciada oficialmente por la Superintendencia Nacional de Salud en 2024 por un periodo de 1 año. La intervención, que inicialmente fue presentada como una acción correctiva y temporal, para el Ejecutivo, tiene como propósito principal garantizar la continuidad en la prestación del servicio de salud, corregir fallas administrativas y financieras.
Sin embargo, el 3 de abril de 2025, la Supersalud anunció una prórroga de la medida por un año más. En ese sentido, la permanencia del control estatal dependerá directamente del avance en los indicadores financieros, operativos y de atención al usuario.
No obstante, algunos sectores han manifestado preocupación por la falta de transparencia en los informes de avance y por el riesgo de que la intervención se convierta en una forma de control político más que técnico.
Por ahora, lo único claro es que el futuro de la Nueva EPS está estrechamente ligado a la evolución de las reformas en salud impulsadas por el Gobierno Petro.
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