Fabio Andrés Palacios Romaña, un joven defensor nacido en Vigía del Fuerte (Chocó), murió en la mañana del lunes en un accidente de tránsito en Cabo Frío, Brasil, mientras seguía luchando por cumplir su sueño de convertirse en futbolista profesional. Su historia, marcada por la perseverancia y las dificultades, ha causado tristeza tanto en Colombia como en la comunidad que lo acogió en el vecino país.
Palacios, formado en procesos del fútbol aficionado en Medellín, vistió las camisetas de Semillas de Paz y Vida, de la comuna 13, y del Club Pantera Fútbol, ambos pertenecientes a la Liga Antioqueña. Aunque buscó incansablemente un cupo en equipos profesionales del país, las puertas nunca se abrieron y decidió probar suerte en Brasil.
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Fabio se radicó en São Pedro da Aldeia, un municipio costero del estado de Río de Janeiro. Allí combinó trabajos como motociclista para plataformas digitales con pruebas en equipos de las divisiones de ascenso.
Según el medio local RC24H, el joven, conocido en la región como Fabinho, falleció tras chocar contra un minibús del Auto Viação Salineira en la carretera de la Integración, cerca de la vía Amaral Peixoto (RJ-106). El accidente ocurrió cuando se dirigía a un entrenamiento.
“En agosto se fue para Brasil, estaba a prueba en la tercera división y no pudo lograr su sueño allá”, contó a SEMANA Juan Carlos González, presidente del Club Pantera. “Iba para un entrenamiento y el bus en una curva lo mató”, lamentó.
El dirigente deportivo recordó a Palacios como un jugador con condiciones excepcionales: “Medía 1,87, era defensor central, un excelente jugador. Es triste porque el talento hay que mandarlo a otros lugares, a otras ciudades”.
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La muerte del futbolista tiene sumida en la angustia a su familia, que enfrenta la dificultad de cubrir los costos de repatriación desde Brasil, los cuales podrían ascender hasta los 30 millones de pesos. Fabio, según González, no estaba recibiendo remuneración porque el club donde realizaba pruebas lo había descartado y estaba en busca de una segunda oportunidad con ayuda de un amigo.
Diomedes Palacio Flórez, padre del joven, relató a Telemedellín las últimas palabras que le escuchó a su hijo antes de viajar: “Pa, me voy pa’ Brasil, a intentarlo la última vez”. También hizo un llamado a la Cancillería para recibir apoyo en el proceso de traslado del cuerpo a Colombia.
La noticia ha generado reflexión en el entorno deportivo. Willington Cano, líder social y directivo del Club Semillas de Vida y Paz, pidió a los dirigentes abrir más espacios para los jóvenes futbolistas, con el fin de evitar que talentos como el de Fabio deban irse lejos en busca de una oportunidad.
Mientras avanza el proceso para repatriar los restos del jugador, allegados, entrenadores y amigos lo recuerdan como un joven disciplinado, noble y decidido a cumplir un sueño que, aunque no alcanzó, lo llevó a luchar hasta el último día.
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