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Escrito por:  Óskar Ortiz
Redactor     Oct 21, 2025 - 11:09 am

Los pequeños detalles cambian mucho el panorama y así lo explicó una creadora de contenido puso en evidencia esto al referirse a un método de descanso muy práctico para las parejas.

@lauraenelvalhalla Así duermen los noruegos🙊😊En muchos países escandinavos, es costumbre en las camas de matrimonio usar dos edredones en vez de uno grande. Esto tiene varias ventajas que la comentó en el vídeo. ¿Qué opinas de esto? Preferirías dormir con 2 edredones? Os leo en comentarios 😊👇🏻 #mividaennoruega #costumbresnoruegas #DormirComoUnNoruego #MétodoEscandinavo #scandinaviansleep ♬ Noite de Verão – ya-su

Si bien es aplicado en un lugar muy lejos de Colombia, parece pertinente mirarlo con atención para entender no solo cómo funciona, sino los beneficios que existen detrás de él.

¿Qué significa dormir a la Noruega, para parejas en la cama?

La práctica conocida como ‘dormir a la Noruega’ ha despertado creciente interés entre parejas que desean mejorar su descanso y convivencia. Esta costumbre consiste en compartir la misma cama sin utilizar un único edredón, sino que cada persona lleva su propio cobertor individual.

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Así lo explica la tiktoker identificada como Laura, la cual reside en Noruega bajo el usuario TikTok @lauraenelvalhalla, cuando comentó: “¿Sabías que los noruegos suelen dormir con dos edredones y no con uno doble?”.

Según Laura, se le hacía “súper raro” observar esta costumbre al mudarse a Noruega, hasta comprender sus ventajas. Uno de los motivos que describe es que “cada persona tiene una sensación del frío y el calor diferente. Así que, si cada uno tiene un edredón, se puede regular mejor”.

Además apunta que esta modalidad elimina las típicas disputas nocturnas por la manta: “Adiós a los tirones”. Otra razón relevante es la facilidad para mantenimiento e higiene: los edredones individuales son más fáciles de lavar y secar.

Es importante subrayar que este método no equivale a lo que se denomina ‘sleep divorce’ (o divorcio nocturno), en el cual la pareja opta por dormir en camas o habitaciones separadas. En cambio, en el ‘dormir a la noruega’ se mantiene la cercanía física al compartir lecho y acompañamiento.

Así, adoptar esta costumbre puede ofrecer un doble beneficio: por un lado, permitir un descanso más reparador al no compartir el mismo edredón, y por otro, contribuir a una convivencia más armoniosa al eliminar tensiones tan comunes como las peleas por la manta.

¿Cómo dormir bien en pareja sin peleas ni incomodidades?

Estas son algunas recomendaciones para dormir bien en pareja sin peleas ni incomodidades:

  • Establecer una rutina nocturna compartida que permita sincronizar el descanso y fomentar la conexión. Actividades tranquilas como leer juntos, apagar pantallas y bajar las luces preparan al cuerpo y a la mente para dormir.
  • Usar cobijas o edredones separados si uno de los dos disfruta más de la manta o tiene diferente tolerancia al frío/calor. Esta sencilla acción reduce las tensiones por ‘robo de cobija’ y contribuye a un descanso más armonioso.
  • Invertir en un colchón adecuado para dos personas, que tenga buena aislación de movimiento. Cuando uno de los dos se mueve o se incorpora, el otro no debería despertarse; un colchón que amortigua los movimientos mejora la calidad del sueño en pareja.
  • Fomentar la comunicación sobre hábitos de sueño, preferencias y molestias. Si existen conflictos o interrupciones del descanso, hablar abiertamente ayuda a encontrar soluciones conjuntas antes de que se acumule resentimiento. La psicología del sueño señala que la calidad del vínculo está relacionada con la calidad del descanso compartido.

¿Cuándo es bueno mudarse con la pareja?

Estas son algunas señales que indican un buen momento para mudarse con una pareja, y lo que conviene tener claro antes de dar ese paso:

  • Revisar que ambos entienden claramente hacia dónde se dirige su relación y de que están de acuerdo con ese rumbo. Según expertos, “debes estar en la misma página acerca del futuro” para que la convivencia funcione.
  • Ya hayan probado pasar tiempo juntos en el espacio del otro, lo que facilita entender cómo son los hábitos, rutinas y dinámicas. Como señala una guía, “si ya duermes en la casa del otro regularmente, estás más preparado para compartir vivienda”.
  • Conversar sobre finanzas, responsabilidades domésticas y cómo dividirán los gastos y tareas del hogar. Un artículo de consejería afirma que “si uno entra sólo por razones económicas, sin conversación seria, probablemente sea muy pronto”.
  • Ambos mantengan su autonomía personal y espacio individual.
  • No hacerlo por presiones externas, solo por costear el alquiler o como “prueba” de la relación. La experta Lesli Doares señala que la motivación debe ser mutua y consciente: “no se trata de cuánto tiempo han salido, sino de cómo se sienten para dar ese paso”.

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