Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Oct 11, 2025 - 2:36 pm
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La Plaza Camacho, en pleno centro de La Paz, se convirtió el pasado viernes en el epicentro de una celebración que combinó gastronomía, cultura e inclusión social. Liderada por el chef Roberto Nogales y con la participación de estudiantes de cocina, la ciudad presenció la elaboración y distribución de una baguette de más de cien metros, rellena con huevo estrellado, lechuga y tomate. Este acto culinario, que atrajo la atención de cientos de transeúntes, fue mucho más que un intento por romper algún récord local: se trató de una campaña para exaltar el papel del huevo como alimento esencial en la dieta boliviana y latinoamericana, de acuerdo con la información recogida por la agencia EFE.

Pero detrás del simbolismo de compartir un sándwich gigante, subyace una problemática significativa vinculada a la seguridad nutricional en Bolivia y América Latina. La Asociación Nacional de Avicultores de Bolivia reportó que el país tiene un consumo anual de 203 huevos por persona, cifra que se encuentra por debajo del promedio regional de 280 huevos al año. Este dato resalta aún más cuando se compara con los 345 huevos que consume, en promedio, una persona en México o los 375 en Argentina, ambos líderes en este rubro según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Durante la actividad, las banderas bolivianas acompañaban cada porción, reforzando la identidad nacional mientras los estudiantes ofrecían información pedagógica sobre diversas formas de preparación del huevo y sus propiedades nutricionales. Según la FAO, el huevo es rico en proteínas de alta calidad, vitaminas B12, D, luteína y minerales esenciales como hierro y zinc. Es, según el Ministerio de Salud y Deportes de Bolivia, un alimento al alcance de la mayoría, aunque persisten notables diferencias de acceso y consumo entre áreas urbanas y rurales.

Boris Paz, director de la Asociación de Avicultores de Santa Cruz, puso de relieve que el Día Mundial del Huevo, celebrado en más de 150 países, adquiere en Bolivia un tinte particular: lucha contra la desinformación sobre el colesterol –un mito refutado hoy por la American Heart Association–, y promoción del consumo de huevo para combatir la desnutrición infantil, fenómeno que sigue afectando a casi uno de cada seis niños bolivianos menores de cinco años, según Unicef.

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No obstante, la industria avícola nacional enfrenta obstáculos que trascienden lo nutricional. De acuerdo con el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Bolivia cuenta con más de 520 granjas avícolas, la mayoría en Santa Cruz, pero la volatilidad en los precios de los insumos como maíz y soya, dificultades en el acceso a crédito y la limitada modernización de la cadena de frío suponen desafíos constantes para sectores pequeños y medianos de la producción.

Por ello, la festividad va más allá de la gastronomía: es una invitación a fortalecer políticas públicas que garanticen no solo el acceso sino también la asequibilidad del huevo, especialmente en zonas con alta prevalencia de anemia y desnutrición. De acuerdo con las fuentes citadas, el caso paceño podría servir de ejemplo para que estas campañas se desplieguen en provincias remotas y sean acompañadas por programas que incentiven el consumo, refuercen la producción local y derriben los mitos alimentarios aún persistentes. Así, el Día Mundial del Huevo se convierte en un indicador de los retos y avances en la lucha por una mejor seguridad alimentaria en Bolivia.

¿Por qué el huevo es considerado un alimento fundamental para la lucha contra la desnutrición infantil?
El huevo es reconocido por la FAO como una fuente asequible y completa de proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales esenciales, entre ellos hierro y zinc. Estos nutrientes resultan fundamentales para el crecimiento y desarrollo de los niños, especialmente en países donde prevalece la desnutrición infantil, como ocurre en Bolivia según datos de Unicef. La facilidad para acceder al huevo, comparado con otras fuentes de proteína, contribuye a mejorar progresivamente el estado nutricional de los menores, siempre que se promueva su consumo de manera sostenida y equitativa en todas las regiones del país.

El valor nutricional del huevo, por tanto, lo ha posicionado como un frente clave en campañas de salud pública dirigidas a reducir la tasa de desnutrición. Como subrayaron los organizadores del evento en La Paz, fomentar su consumo puede ser una de las estrategias más efectivas y económicas para enfrentar las consecuencias de la malnutrición durante la infancia.

¿Qué significa “cadena de frío” y por qué es crucial para la industria avícola?
El término “cadena de frío” se refiere al sistema continuo de refrigeración que garantiza que productos perecederos, como los huevos, desde su almacenamiento hasta su llegada a los puntos de venta, se mantengan a temperaturas controladas. Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), esto es fundamental para evitar pérdidas por daños, mantener la calidad y seguridad del alimento y extender su vida útil.

Para la industria avícola boliviana, asegurar una cadena de frío eficiente representa un reto actual, especialmente para los pequeños productores. Las limitaciones en este aspecto disminuyen la capacidad del sector para abastecer de manera regular y segura a todas las regiones, lo que incide directamente en la disponibilidad y calidad del producto ofrecido al consumidor final.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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