Consiste en que el perro ataque a otro individuo; puede ser hacia los que conforman el núcleo familiar, otras personas, perros con los que convive o se cruza por la calle, o animales de otras especies.

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Es un comportamiento muy problemático porque al poseer una mordida potente, pueden generar a través de ella (dependiendo de su tamaño y características específicas), lesiones considerables y por lo tanto, afectaciones físicas, psicológicas, sociales y legales. Por supuesto que también es una causante de mala calidad de vida y de efectos como el maltrato, el abandono y hasta el sacrificio de las mascotas.

Lo más sorprendente y preocupante a la vez es que este comportamiento va en aumento. Sí, cada vez son más los perros que presentan agresividad.

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Por qué su perro puede estar sufriendo de agresividad

Las preguntas tienen muchas respuestas, como la errónea selección del perro con el que se va a convivir por varios años, desconocer sus períodos ontogenéticos (de desarrollo individual).

Existe uno en especial que aproximadamente va desde el primero hasta el cuarto mes y que es ideal para desarrollar la sociabilidad en el perro. Se debería controlar la exposición con muchas personas, otros perros y animales y, si se puede, familiarizar con todo tipo de estímulos ambientales.

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La ventana de oportunidad es muy limitada y se debe a que los perros pertenecen a una especie altricial; el período coincide con el que se requiere resguardar al cachorro del riesgo de adquirir enfermedades para las que no está protegido a través de vacunas, por lo que se suele evitar todo tipo de exposición social.

Hoy en día existen programas de vacunación temprana para exponer al perro a nivel social, disminuyendo los riesgos. Cuando se produce el contacto con otros perros normalmente se traumatiza por la intervención humana; me explico, cuando los perros entran en contacto con otros, se comunican intercambiando información sobre su estatus social, sexo, edad, salud y mucho más; para hacerlo, utilizan un completo repertorio de expresiones feromonales, verbales y corporales que se interpretan como señales de calma, amenaza o de juego.

No obstante, las personas suelen bloquear y hasta impedir esta comunicación que es completamente natural y necesaria para que los perros se integren socialmente y aprendan a disfrutar de las bondades de interactuar sin conflicto.

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Los perros necesitan interactuar con otros perros de manera libre, infortunadamente existen pocos espacios donde lo puedan hacer; al contrario, paradójicamente nuestra legislación prohíbe que los perros puedan estar sin correa en lugares públicos, pero cada vez se les permite más el acceso a esos lugares; el problema es que si no tienen oportunidad de interactuar libremente con otros perros no estarán preparados para acceder a los lugares que permiten su ingreso de manera controlada.

La actividad física y el juego en exceso y sin control puede potencializar la carga instintiva del perro hasta el punto de causar agresividad.

Los parques para perros y centros caninos son una buena alternativa para permitirles interactuar entre ellos y disfrutar de un espacio de recreación social bajo el control y la supervisión de profesionales.

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Luego de analizar el comportamiento de muchos perros agresivos, me atrevo a concluir que los principales efectos de lo que se menciona, son problemas de identidad de especie; hay perros que se desconocen como perros, tal vez que se creen humanos porque ellos mismos y sin medida se han empeñado en tratarlos así; hay perros que ven a los demás perros como miembros de otra especie o derivan su conducta predatoria hacia niños, corredores, ciclistas o patinadores, a quienes ven como presas que se deben neutralizar y “cazar”.

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No poner límites a la mascota en casa es otra causa importante de agresividad en contra de las personas. Los perros fácilmente instrumentalizan la agresión, es decir que aprenden que es un recurso valioso que les sirve para conseguir lo que desean o evitar lo que no les gusta.

Es común ver perros que atacan porque no quieren perder su lugar en el sofá de la sala de la casa o en la cama de su propietario, también cuando se les acercan a sus juguetes o a su comida. En los cachorros, las caricias fuertes y el hostigamiento es otra causa de agresividad, pues aprenden que a través de ella pueden pararlos o evitarlos.

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Si tu perro presenta agresividad, en primer lugar, debes descartar con tu médico veterinario que su comportamiento no esté asociado a alteraciones físicas o mentales; si no es así, debes consultar con un profesional en comportamiento canino para tratar el problema de manera conductual.

Debes tener en cuenta, que por sus características sociales, los perros discriminan todo y se comportan diferente en cada situación, lugar y ante cada perro o persona. Siempre saben quién está del otro lado de la correa y quién intenta comunicase con ellos o controlarlos.

Por eso es común escuchar cosas como que “el perro solo le hace caso al adiestrador”, “solo se porta bien en la escuela”, “el adiestramiento no sirvió para nada”, etc. Lo que muestra que la familia humana del perro no logra reproducir el manejo deseado. Esto se debe a que no se hizo un adecuado proceso de transferencia de control y no se contó con una familia humana comprometida.

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Los miembros de la familia deben vincularse y participar activamente en el tratamiento conductual de su perro y seguir al pie de la letra todas las recomendaciones emitidas por su terapeuta, para que el resultado sea satisfactorio

Por: Lenin Ospina, capacitador Internacional en temas de Adiestramiento y Comportamiento Canino.

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