Los procesos digestivos constituyen con mayor frecuencia las causas por las cuales los llevan a consulta, siendo aproximadamente el 30 %. Considerada la causa más frecuente de vómitos y/o diarrea crónica en el perro y el gato.

Se distinguen los siguientes tipos:

  • Inflamación del intestino delgado o enteritis linfoplasmocitaria
  • Enteritis eosinofílica
  • Enteritis granulomatosa

En el caso de la colitis, o inflamación de la porción del intestino grueso llamada colon, se distinguen colitis linfoplasmocitaria, colitis eosinofílica, colitis granulomatosa y colitis ulcerosa-histiocítica.

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Se trata de una enfermedad con un componente inmunológico básico, es decir que a los pacientes no les funciona adecuadamente su sistema inmune que debería de protegerlos contra bacterias, hongos, virus o cualquier enfermedad y los termina atacando como si fueran ajenos a su cuerpo; principalmente en su función supresora, así como la alteración de la permeabilidad en la mucosa intestinal.

Eso quiere decir que existe una respuesta inmunitaria exacerbada o incorrecta ante una variedad de antígenos, incluidos bacterias propias de la flora intestinal, componentes dietéticos o hasta contenidos propios del aparato digestivo en contacto con la mucosa intestinal.

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Cuando se altera la permeabilidad de la mucosa intestinal, se produce una entrada excesiva de antígenos; si la alteración de la permeabilidad persiste, o existe una respuesta inmune anormal, se establece una inflamación crónica.

Los factores predisponentes son de origen genético y condicionan la regulación de la respuesta inmune, pero no hay que olvidar que el medio ambiente donde viven y la comida son parte de lo que puede incrementar la respuesta a dicha enfermedad

Este infiltrado inflamatorio da paso a la lesión de la mucosa, dando lugar a una absorción adicional de antígenos y sustancias pro inflamatorias que acaban por exacerbar el proceso. Esto lleva a producir alteraciones tanto en la absorción como en el peristaltismo, generando irregularidades en la microbiota intestinal y en la estructura intestinal.

Probablemente este cambio en la mucosa lleve a una pérdida del mecanismo de tolerancia, provocando una respuesta inmune ante aquellos factores alimentarios o bacterianos, que normalmente son bien tolerados. Los perros y gatos enfermos son pacientes que no responden adecuadamente a las terapias dietéticas, antiparasitarias y de antibióticos.

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Estas predisposiciones genéticas se han visto en diferentes razas como el Pastor Alemán, Pastor Belga Malinois, Basenji, Shar Pei. Y en gatos, en el siames, y no se descartan perros y gatos, mestizos también pueden presentar la enfermedad.

Y se deben a estas alteraciones inflamatorias e infiltrados celulares de la mucosa que dan lugar a una disfunción de los enterocitos (células del intestino que se encargan de la absorción de nutrientes esenciales), y por tanto a una mala motilidad o movimiento intestinal.

Diagnóstico

Para realizar el diagnóstico de Enfermedad Inflamatoria Intestinal es necesario que lleves a tu perro o gato al veterinario, donde haremos diferentes estudios para poder excluir un grupo de otras enfermedades que provocan vómitos y/o diarrea en forma crónica. Para esto se debe realizar: análisis coproparasitológico para descartar la presencia de parásitos intestinales (nematodes, cestodes, Giardias, entre otros).

Además de solicitar análisis de sangre como un hemograma completo y bioquímica sanguínea. A través de los mismos se podrá evaluar la función hepática, renal, tiroidea y adrenal. En los gatos, es necesario realizar además pruebas (Elisa, PCR) para descartar VIF y VILeF. (SIDA y leucemia Felina).

También se pueden solicitar ultrasonido, placas de rayos X simples o con contraste y biopsia de las áreas de interés.

Tratamiento

Es muy importante la educación a la familia de estos pacientes, ya que es inespecífico y se atiende a las necesidades para aliviar los síntomas y evitar una recaída. Por desconocerse la etiología u origen de la enfermedad, se realiza tratamiento con base al uso de inmunosupresores, antibióticos, cambios dietéticos y otros medicamentos complementarios.

Seguir todas las indicaciones, acudir a las revisiones y hacer estudios de laboratorio de seguimiento son fundamentales para poder tener éxito en el tratamiento. Además, debe conocer los efectos adversos del uso de algunos medicamentos que serán parte del tratamiento tales como medicamentos que modulan la respuesta del sistema inmune o drogas inmunosupresoras. Y dar de largo plazo calidad de vida a éstos pacientes.

Siempre atiende las indicaciones de tu veterinario y no hagas cambios bruscos en la dieta o en las medicaciones de tu perro sin prescripción.

Si tu compañero presenta varios de los siguientes signos, no dudes en llevarlo al médico y pedir una consulta:

  • Vómitos y Diarrea
  • Pérdida de peso
  • Pelaje sin brillo
  • Ulceras en la cavidad oral
  • Dolor abdominal
  • Debilidad

Si el colon se encuentra infiltrado, se observarán:

  • Tenesmo (dificultad para evacuar o defecar)
  • Presencia de moco y sangre fresca en materia fecal (hematoquecia)
  • Incremento del número de deposiciones diarias
  • Anorexia parcial
  • Vómitos intermitentes. La disminución de peso en estos casos, es menos frecuente.

En el caso de los gatos, además de los signos descritos, si la enfermedad es grave, puede observarse letargia (o como si estuviera muy cansado, no quiere hacer sus paseos o actividades normalmente) y depresión.

MVZ Alejandra Apango M.

Dipl. en Medicina Interna y Cirugía de Perros y Gatos.