Se dice que los perros son más fieles, leales, divertidos, siempre están para ti, te obligan a salir a pasear, a hacer deporte y a interactuar con otras personas, entre otras miles de bondades completamente ciertas. Por otro lado, los gatos son conocidos por ser más independientes, no debemos sacarlos y lo mejor de todo usan la arenera solitos. Además, son igual de cariñosos aunque con una personalidad un poco más mágica que los perros.

Muchas personas se deciden por tener gatos y otras deciden tener perros, pero hay otras deciden tener ambos.

(Vea también: La importancia de la actividad física en los animales de compañía)

Normalmente cuando decidimos que no podemos elegir entre uno u otro, y definitivamente no queremos perdernos las ventajas de tener un pequeño felino en casa aún si ya tenemos un perro, o viceversa, nuestros amigos nos miran con cara de locos y exclaman: ¡se van a matar! Pero, ¿es cierto que los perros y gatos se odian?

Para empezar, depende en gran medida del periodo de socialización, es decir, esa etapa en la que todos los animales deben aprender y conocer su medio ambiente, donde debemos esmerarnos porque se habitúen y asocien en positivo todas aquellas cosas, lugares, ruidos, personas y por supuesto otros animales con los que tendrán que convivir en resto de sus vidas.

Por otro lado, puede depender también de las malas experiencias que hayan podido vivir a lo largo de sus vidas con la otra especie, es decir, si alguna vez tu gato fue atacado por un perro, es posible que haya adquirido una fobia a los canes.

Así las cosas, lo ideal si queremos convivir con una gato y un perro a la vez es adoptarlos en el periodo de socialización, es decir, antes de que ambos cumplan cuatro meses de edad y relacionarlos mutuamente en positivo.

Si decidiéramos que queremos como mascotas estos dos tipos de animales sería maravilloso que crecieran juntos, pero eso casi nunca pasa. Generalmente la gente ya tiene un felino o un can antes de decidir que quieren convertir su casa en una familia de interespecie. Esto no está del todo mal, si sabemos elegir al nuevo compañero y en especial si nos asesoramos correctamente. 

¿Tu animal de compañía fue bien socializado con otras especies cuando cachorro?

Esta la primera pregunta que debes contestar, ya que si tienes un perro en casa o si apenas se van a adoptar y este fue bien socializado con gatos, pues eso significa que tendrás un problema menos porque generalmente no quieren atacarlo, posiblemente se muestre curioso o le ladre un poco, pero si no se lanza a cazarlo o a lastimarlo, las posibilidades de tener una familia interespecie empiezan a aumentar.

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Por otro lado, debemos pensar lo mismo con nuestros gatos. La diferencia es que generalmente los felinos no pasan su periodo sensible de socialización con otros animales más que con humanos. Eso significa que posiblemente nunca en su vida hayan visto un perro, por lo que también es muy posible que se asusten mucho cuando interactúen con uno por primera vez.

Pero con los gatos hay que ser más cuidadosa. Si es un gato que ha pasado muchos años viviendo solo y además tiene un temperamento un poco huraño, posiblemente no le interese convivir con otro animal así sea de su misma especie. Así que en esos casos hay que pensarlo muy bien. Así bien continuamos con la siguiente pregunta.

¿Cómo es el temperamento de tu animal de compañía?

No es lo mismo tener un perro que ha presentado conducta depredadora en el pasado, es decir, que quiera cazar todo lo que se mueve como bicicletas, motos, personas corriendo, otros perros más pequeños, o incluso gatos, que un perro que es tal vez un poco más tranquilo y que no le preocupa mucho la presencia de otros animales en casa.

Igualmente con los gatos, si tenemos un felino que suele estresarse mucho por todo, que es muy sensible a los cambios, que se molesta cuando hay modificaciones en su ambiente, o que ha tenido una mala experiencia con un perro en el pasado, debemos manejarlo con mucho más cuidado y verificar si realmente es una buena idea.

¿Puedo simplemente llevar al otro animal a casa y esperar a que se entiendan?

Por supuesto que no. Si corres con suerte y el temperamento de ambos te ayuda, y si vivieron plenamente sus periodos sensibles de cachorros (impregnación y sociabilización) lo más posible es que se adapten más rápido de lo normal, pero en especial para el gato, será un poco difícil adaptarse si no es menor de 4 meses de edad. 

¿Eso significa que no puedo tener un perro con un gato adulto?

Claro que puedes tener un perro con un gato adulto, todo depende de cómo manejes la situación y como ya lo hemos dicho, del temperamento de cada uno.

¿Cómo elijo el nuevo integrante de la familia?

  • Para empezar, si tienes la oportunidad de elegir, pregunta en el refugio si conocen a un gato o perro que ya esté socializado con otras especies.
  • Si no, es conveniente elegir un perro o gato que tenga temperamento tranquilo.
  • Si tu perro es adulto mayor (anciano), es mejor que elijas un gato adulto, no un bebé que le quite atención y además que tenga un alto nivel de energía que lo agobie.
  • Si tu gato es adulto mayor (anciano) y toda la vida ha vivido solo, yo pensaría muy bien si es bueno para su tranquilidad llevarle otro animal a casa.
  • Si tu gato es adulto (no anciano) y quieres llevar un cachorro, puede llegar a ser más fácil de educar al perro, pero debes prestar mayor atención a tu gato.
  • No debes esperar que tu gato y perro sean los mejores amigos, si sucede será un gran plus, pero si no sucede, al menos debes garantizar que no se hagan daño.

Finalmente, si sientes que la situación se te está complicando, tu perro suele ser agresivo con los gatos, tu gato no tolera definitivamente al perro, o simplemente quieres hacer las cosas bien desde el principio y no cometer errores, puedes pedir los servicios de un médico veterinario etólogo y que este te asesore, evalúe la situación y te ayude a resolverla si es posible.

 

Dra. Carolina Alaguna Cruz

MV Etóloga – Terapeuta de animales

Médico Veterinario UDCA – MSc Investigación – Etología U. Autónoma de Barcelona – ​Dipl. Medicinas Alternativas Universidad del Rosario