Escrito por:  Redacción Virales
Nov 25, 2025 - 4:11 pm

La historia de un niño de 10 años en Portugal ha causado una profunda indignación y reflexión sobre el acoso escolar extremo. Según su madre, el menor ya venía siendo víctima de hostigamiento desde el inicio del curso escolar, con insultos, golpes y patadas que fueron denunciados ante la maestra.

El incidente ocurrió el 10 de noviembre en la Escuela Básica Fonte Coberta, cuando dos compañeros cerraron la puerta del baño mientras el niño bajaba a merendar. La madre asegura que la mano izquierda del menor quedó atrapada en la puerta, lo que provocó una amputación grave: perdió las puntas de los dedos índice y medio.

Algunos días antes, el niño ya había regresado a casa con un hematoma en el cuello y había reportado el maltrato a la docente. Sin embargo, según la madre, la maestra respondió que “hablaría con ellos mañana”, sin tomar medidas urgentes.

Cuando ocurrió la agresión, la escuela calificó el hecho como un “accidente”, minimizando la gravedad y considerando la versión del menor como una simple “broma”. “La profesora dijo que a cualquiera le pudo ocurrir”, relató la madre sobre la respuesta por parte de la docente frente a ese caso.

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Luego de la la lesión, la familia esperó durante 40 minutos la ambulancia, y el niño fue trasladado a un hospital que quedaba a más de 100 kilómetros. Durante el trayecto, su madre recibió las partes amputadas dentro de un guante, pero los médicos informaron que la lesión era irreversible.

Frente a esta situación, la abogada de la familia denunció que el colegio incumplió su deber de protección, pues tenía conocimiento explícito de los abusos anteriores sin actuar para prevenir esta tragedia.

El centro educativo, por su parte, emitió un comunicado diciendo que no haría más declaraciones hasta terminar su investigación interna.

Este caso ha encendido alarmas en Portugal y en Brasil, donde la familia tiene raíces, sobre la forma en que las instituciones escolares responden al bullying severo.

El ministro de Educación portugués señaló que no todos los incidentes pueden justificarse como bromas y recordó la responsabilidad de los centros educativos de proteger a los estudiantes.

La comunidad y otros padres han exigido justicia, y la familia trabaja ahora para que haya consecuencias legales y reparaciones por el daño físico y emocional sufrido.

¿Qué hacer si un niño sufre accidentes en el colegio?

Si un niño sufre un accidente en el colegio, es importante actuar con rapidez, responsabilidad y siguiendo ciertos pasos clave para proteger su salud y sus derechos. Estos son algunos protocolos escolares y normativas comunes, según la Secretaría de Educación de Bogotá:

  • Primero, evaluar la gravedad del accidente. Si se trata de una lesión leve (un raspón, un golpe sin mayores consecuencias) lo ideal es que el personal con conocimientos en primeros auxilios del colegio lo atienda de inmediato y mantenga al niño bajo observación.
  • Si la lesión parece más seria (cortes profundos, golpes fuertes, pérdida de conciencia) pedir atención médica urgente. El protocolo de muchos colegios indica llamar a emergencias (en Colombia, la línea 123) o trasladar al estudiante al centro de salud más cercano lo antes posible.
  • Notificar a los padres o acudientes tan pronto como se pueda. Es fundamental que ellos conozcan lo ocurrido, el tipo de lesión y las medidas que se han tomado. Si no responden inmediatamente, seguir lo indicado por los servicios médicos o el protocolo institucional.
  • Documentar todo: debe elaborarse un informe oficial del accidente en el colegio, con detalles del hecho, hora, lugar, nombres de quienes presenciaron lo sucedido, condiciones del entorno, declaraciones, y (si fuera posible) fotografías o videos. Esta información será clave si se necesita hacer un reclamo posterior.
  • Verificar las coberturas de seguro escolar, si existen. Muchos colegios ofrecen un seguro que cubre accidentes durante las actividades escolares y extracurriculares. Este seguro puede amparar gastos médicos o rehabilitación, dependiendo del caso.
  • Si la lesión fue causada por negligencia del colegio (por ejemplo, falta de supervisión, instalaciones peligrosas o mal mantenimiento) los padres pueden considerar una reclamación formal. De acuerdo con principios de responsabilidad civil (como la “culpa in vigilando”), la institución puede ser responsable de reparar los daños.
  • Finalmente, más allá de la atención médica y los trámites legales, hay que cuidar también el bienestar emocional del niño. Acompañarlo, escuchar lo que siente, informarle con honestidad lo ocurrido y brindarle seguridad emocional es clave para su recuperación integral.

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