
En Santa Rosa de Cabal, Risaralda, la tranquilidad del municipio se vio abruptamente nublada por un hecho macabro y condenable, ocurrido en mayo de 2025. Jose Ramírez, un pastor protestante y padrastro de una niña de 13 años, fue acusado de un grave delito de abuso y secuestro contra la menor, según informó El Tiempo.
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El padrastro, que había estado casado con la madre de la niña durante ocho años y que había adoptado legalmente a la menor, se valió de su influencia y la confianza producida para llevar a cabo este horrendo acto. Según relató la niña a Diego Osorio, testigo del caso, Ramírez la engañó para que se saltara la escuela y la llevó a una casa, pretendiendo ser un ‘regalo de cumpleaños’ para su madre. Una vez allí, el pastor procedió a someter a la niña y luego la ató a la cama para evitar su fuga, de acuerdo con el periódico.
En medio de este caos, la niña logró armarse de valor y con un bisturí que encontró se liberó de sus cadenas, escapando descalza y envuelta en una sabana por el suelo de piedra y tierra. Osorio, quién logró escuchar los gritos de auxilio de la niña, la socorrió prontamente.




“Yo vi que estaba amarrada en el cuello con un lazo, literal, un lazo de amarrar ganado, yo ya dije que las cosas estaban pasando de castaño oscuro (…) Pues entonces yo ya me preocupé y dije que esto no era una pelea de pareja. La niña parecía como si estuviera muriendo. Como que estaba andando, estaba en las últimas”, revelo en el pódcast ‘Más allá del Silencio’.
Acto seguido, Diego y su hijo persiguieron al agresor en una motocicleta, hasta que este terminó por estrellarse en una zanja y huir a un bosque cercano. A partir de allí, la sociedad sacó a relucir su lado más solidario. La comunidad de la vereda San Andrés de Chinchiná logró capturar al pastor y le propició un castigo ejemplar antes de la llegada de la policía, quien procedió a su captura formal.
“La pequeña me dijo que la había violado y que la quería matar. Entonces, claro, ahí como que todo cambió, no me quise concentrar más en la niña, sino en este señor que yo vi que se la estaba llevando. Mi reacción fue correr por el machete y me iba a ir detrás de él”, mencionó.
Ramírez fue imputado por los delitos de acceso carnal abusivo y secuestro, cargos que rechazó de forma contundente. El actual caso está a cargo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y se encuentra pendiente de juicio, mientras que el pastor protestante permanece detenido.
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