El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.
La operación militar culminada el 9 de octubre, que terminó con la muerte de José Manuel Ocampo López, conocido como “Demetrio” o “Espagueti”, representa un hito para la lucha contra el Frente de Guerra Suroccidental del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el departamento del Cauca. Según reporta El Espectador, la caída de este jefe insurgente pone en jaque uno de los principales nodos financieros y logísticos de la organización ilegal, profundizando el crónico conflicto que ha caracterizado a la región durante décadas. Este acontecimiento no solo pone de manifiesto la vigencia de la violencia armada en el suroeste colombiano, sino que también expone la compleja red criminal sostenida por el ELN, así como su profundo impacto en las dimensiones sociales, políticas y económicas locales.
La figura de alias “Demetrio” estuvo ligada al ELN por más de tres décadas. Destaca su participación en operaciones emblemáticas, entre ellas el secuestro masivo ocurrido en la iglesia La María de Cali en 1999, señalado por Indepaz como uno de los hitos más significativos en la evolución táctica del grupo, que entonces apostó por el secuestro y el terrorismo urbano. Tras ser capturado en 2014, posteriormente retornó a la estructura, fortaleciéndose como el encargado de las finanzas y la logística del ELN en Cauca y Huila. Estas zonas, subraya el Ministerio de Defensa de Colombia, resultan vitales para las economías ilícitas, en particular la minería ilegal, el narcotráfico y la extorsión.
La acción militar se desarrolló en la vereda El Diviso, del municipio de Totoró. Fue una operación conjunta de la Brigada 29, el Grupo de Caballería Liviano 8 y el Gaula Militar, que concluyó no solo con la muerte del líder insurgente sino también con la incautación de material bélico, municiones y propaganda subversiva. Estos hechos, reportados por El Espectador, reafirman la persistencia del conflicto y la constante pugna por el control territorial en áreas donde el Estado colombiano mantiene una presencia limitada, como señala la Fundación Paz y Reconciliación.
En paralelo, la violencia persiste con nuevas expresiones. Cauca ha sido escenario de recientes ataques con un carrobomba en El Tambo, que dejó una civil herida, así como de atentados contra estaciones de policía, matizando la complejidad de un conflicto con múltiples actores armados según registros de Indepaz. Para esta organización, Cauca destaca como uno de los departamentos de mayor riesgo, donde la disputa por rutas del narcotráfico y el rechazo a la erradicación periódica de cultivos ilícitos generan un entorno especialmente delicado para las comunidades.




La situación actual demanda repensar las implicaciones sociales y humanitarias de la confrontación. A diferencia de la extinta guerrilla de las FARC tras el Acuerdo de Paz de 2016, el ELN ha sostenido su esquema de guerra irregular y de economía ilegal, amplificando el daño sobre la población campesina y acelerando el desplazamiento interno, como analiza el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC). Asimismo, se acrecientan los desafíos para la seguridad y la gobernanza local, evidenciando una urgencia por soluciones integrales que articulen la seguridad con los derechos humanos y el desarrollo sostenible.
El caso de alias “Demetrio”, junto con la violencia estructural en Cauca, destaca también los retos periodísticos que enfrenta la cobertura de estos fenómenos. La Fundación Gabo y la Latam Journalism Review insisten en la importancia de apoyarse en fuentes oficiales, académicas y testimoniales, así como en una contextualización rigurosa, para interpretar más allá de los simples hechos y revelar los entramados del conflicto.
¿Cuál es la diferencia entre el ELN y las FARC tras el Acuerdo de Paz?
A raíz de la firma del Acuerdo de Paz en 2016, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dejaron las armas y se constituyeron como partido político, transformando su estructura y modus operandi. El ELN, en contraste, optó por mantener la confrontación armada y continuar con prácticas asociadas a la guerra irregular y a economías ilícitas, como relevó el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC). Esta diferencia ha provocado que regiones como el Cauca sigan siendo escenario de violencia vinculada al ELN, mientras que las FARC, ahora sin estructura militar oficial, han redefinido su rol en la vida pública del país.
¿Por qué el Cauca es estratégico en el conflicto armado colombiano?
El departamento de Cauca ha sido históricamente identificado como estratégico por diferentes grupos armados ilegales, incluyendo el ELN, debido a su ubicación geográfica. Según informan Indepaz y El Espectador, esta región conecta el suroccidente con el litoral Pacífico, lo que facilita el transporte y salida de cocaína hacia rutas internacionales. Además, la existencia de territorios rurales con presencia estatal limitada y minerales explotables ilegalmente refuerza la persistencia de economías criminales y convierte a Cauca en uno de los epicentros más complejos del conflicto en Colombia.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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