El exministro Luis Carlos Reyes, quien se desempeñó como titular de la cartera de Comercio, Industria y Turismo durante el actual gobierno de Gustavo Petro Urrego, ha oficializado su aspiración de disputar la presidencia de Colombia para el periodo que inicia en agosto de 2026. Reyes, conocido por su trabajo previo como director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), visitó recientemente el departamento del Quindío con el objetivo de recoger inquietudes y sugerencias directamente de los ciudadanos. En su diálogo con La Crónica, explicó los motivos que lo impulsan a buscar la jefatura del Estado y compartió su perspectiva sobre la administración actual.
Durante su visita al Quindío, Reyes enfatizó el carácter estratégico y representativo de la región respecto de la opinión nacional y los desafíos que enfrenta. Aseguró que los temas de seguridad y empleo resultan prioritarios en su agenda, agregando que el contacto directo con los habitantes le permite comprender con mayor precisión sus necesidades. Para Reyes, el compromiso pasa por ofrecer respuestas concretas a través de un trabajo conjunto, integrando diferentes visiones políticas con un espíritu de colaboración que, según él, ha hecho falta a nivel nacional.
De acuerdo a las conversaciones sostenidas con empresarios y ciudadanos locales, Reyes constató que la preocupación por la extorsión destaca sobre otras formas de inseguridad, como el crimen violento. Resaltó que la extorsión afecta tanto a ciudadanos como a pequeñas y medianas empresas (Mipymes), lo cual pone en jaque la dinámica económica y social en territorios como el Quindío. Desde su experiencia ministerial, reconoció que este fenómeno –lejos de ser exclusivo de una región– es sintomático de problemas estructurales del país que requieren una interacción efectiva entre comunidad y fuerzas públicas, siempre dentro del respeto a los derechos humanos.
Asimismo, Reyes consideró que su postulación surge en parte como reacción al excesivo personalismo que afecta la política nacional, donde los debates suelen centrarse en nombres y figuras más que en garantías efectivas de los derechos constitucionales. Enfatizó que Colombia necesita respuestas técnicas, rigurosas y bien gerenciadas para lograr transformaciones esenciales en materia social, económica y cultural, tarea para la cual siente tener la experiencia necesaria tanto en el sector público como en el ámbito académico especializado en desarrollo económico.




En su trayecto hacia la presidencia, Reyes está acompañado por colaboradores que han respaldado su gestión en el gobierno y por fuerzas políticas emergentes, como el grupo significativo de Ciudadanos Juego Limpio y el Movimiento Ciudadano Blanco, surgido tras disputas internas en el Partido del Tomate. Esta red de apoyos, puntualizó, es reflejo de su convicción de que el liderazgo político siempre es un esfuerzo colectivo.
Acerca de la administración de Gustavo Petro, Reyes reconoció que el discurso que impulsó a más de 11 millones de colombianos a votar por este gobierno respondía a demandas de políticas industriales y reducción de la desigualdad –aspiraciones ampliamente compartidas. Sin embargo, criticó que la ejecución de esas promesas ha sido limitada, con avances mínimos y oportunidades desaprovechadas incluso en áreas de consenso nacional. Hizo hincapié en la necesidad de liderazgos capaces de materializar cambios efectivos con atención al detalle y cuidado en la implementación.
Respecto a la coyuntura internacional, especialmente el vínculo con Estados Unidos, Reyes alertó sobre posturas extremas y afirmó que la relación debe abordarse con firmeza y dignidad, manteniendo la soberanía pero sin caer ni en confrontaciones ni en sumisiones innecesarias. Rechazó que la respuesta a declaraciones negativas de figuras internacionales, como Donald Trump, sea la complacencia acrítica y propuso en cambio un enfoque basado en el respeto mutuo.
Finalmente, señaló que, de llegar a la presidencia, su primera acción sería estructurar un plan nacional de desarrollo con bases técnicas sólidas y atención prioritaria a las demandas sociales reflejadas en la Constitución de Colombia. Criticó que estos planes son frecuentemente improvisados y prometió emplear el conocimiento académico y multidisciplinario para promover prosperidad e igualdad sostenible en el país.
¿Cuál es la importancia de un plan nacional de desarrollo robusto?
El plan nacional de desarrollo representa el principal instrumento mediante el cual un gobierno define sus prioridades y estrategias para los próximos años. Su contenido incide de manera directa en el crecimiento económico, la reducción de la desigualdad y la garantía de derechos sociales. Un plan sólido puede ser la hoja de ruta para convertir las demandas ciudadanas en políticas efectivas, mientras que la improvisación o la falta de rigurosidad técnica a menudo deriva en retrasos o fallos en la implementación de soluciones clave.
En el contexto colombiano, donde históricamente los planes de desarrollo han sido criticados por responder más a intereses particulares que al bienestar general, la propuesta de Reyes de fundamentar el próximo plan en evidencia técnica y en un enfoque interdisciplinario apunta a superar vicios institucionales y acercarse a una gestión pública más eficaz y equitativa. La relevancia de la pregunta reside en comprender hasta qué punto el éxito de las políticas de un gobierno depende de la calidad y la ejecución de este documento estratégico.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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El presidente Gustavo Petro encabezó en Puerto Asís, Putumayo, el acto protocolario de destrucción de material bélico entregado por la disidencia conocida como Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB), como parte de los avances hacia la paz total.
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