El bombardeo, sucedido el 29 de agosto del 2019, terminó con la vida de 8 menores de edad y sumió al gobierno de Iván Duque en una de sus crisis más profundas. Una situación que pareció quedar olvidada hasta esta semana, cuando el medio de periodismo investigativo y el centro de estudios dicen haber establecido que la presencia de los niños en el lugar era de pleno conocimiento del presidente, los altos mandos militares y el entonces ministro de Defensa, Guillermo Botero, cinco días antes de que se ejecutara la llamada Operación Atai.

Aunque esto se ha dicho ya en un par de oportunidades anteriormente, una por parte del personero de Puerto Rico, Caquetá, y otra con base en una investigación periodística, esta nueva información es quizá la que muestra evidencias más sólidas al respecto.

De acuerdo con la información que los investigadores consiguieron que se les revelara, la inteligencia militar advertía claramente sobre la existencia de jóvenes reclutados forzosa y voluntariamente por el disidente de las Farc conocido con el alias de ‘Gildardo Cucho’, además de la probable presencia de estos en el campamento que iba a ser atacado.

El informe también sostenía que los menores “ejercían una participación activa y directa en las hostilidades”, por lo que “se abre la pregunta sobre si los oficiales al mando debieron considerar alternativas para neutralizar el objetivo militar“, tal como lo comenta el investigador de Dejusticia Juan Carlos Upegui, citado por el medio.

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Según Upegui, una de las posibilidades era “un despliegue en tierra con un tirador de alta precisión”, lo que permitiría “proteger a los menores, ahora doblemente victimizados”. Esto también tenía en cuenta que uno de los objetivos de intervenir el campamento era poner fin al flagelo del reclutamiento forzado que ejercía el guerrillero en la región.

Pero a lo que van Cuestión Pública y Dejusticia es que esto demostraría que el presidente Iván Duque dio la orden sin importar que se sospechaba que los menores podrían verse afectados, además de que nunca se retractó de haber calificado la operación de “estratégica, meticulosa e impecable”.

Asimismo, subrayan que Botero “le mintió a los colombianos cuando afirmó que las fuerzas militares no sabían que había menores de edad en el campamento bombardeado“, lo cual sigue siendo su última palabra al respecto.