Escrito por:  Redacción Nación
Nov 10, 2025 - 11:20 am

Con el peligro latente en diferentes espacios públicos en el país, la presencia de perros de seguridad y la entrada en rigor de los cambios para estos animales son determinantes en Colombia.

De ahí, hay varias novedades que introduce la Ley 2454 de 2025 (también conocida como ‘Ley Lorenzo’) en Colombia en cuanto al trabajo y bienestar de los animales que están muchas veces en lugares como centros comerciales o aeropuertos, entre otros.

La Ley (replicada por América Retail a propósito de la entrada en rigor) aparece con el propósito de regular con claridad la labor de los perros que prestan servicios en compañías de seguridad privada, reconociendo que estos animales no solo cumplen tareas operativas sino que también requieren estándares mínimos de cuidado, formación y protección.

Con esta normativa, se exige a las empresas del sector no únicamente que empleen perros para patrullaje, detección de sustancias o defensa, sino que también adopten protocolos de bienestar que garanticen que su labor no derive en sufrimiento físico o psicológico.

Uno de los elementos más destacados es la diferenciación de la jornada laboral según la función del perro. Por ejemplo: los perros específicos para tareas de detección de explosivos o drogas tienen un máximo de seis horas diarias de trabajo, dado el alto nivel de exigencia que estas funciones implican.

En cambio, aquellos dedicados a patrullaje o defensa pueden trabajar hasta ocho horas al día. Esto busca que la gestión de los horarios tome en cuenta la carga cognitiva y física de los animales y prevenga la sobrecarga, estrés o deterioro de las condiciones de trabajo.

En materia de adiestramiento, la ley prohíbe cualquier técnica que implique castigo, maltrato o inducción de sufrimiento. En su lugar, se promueven métodos de refuerzo positivo, con recompensas y estímulos adecuados para fomentar los comportamientos esperados.

Las empresas también tienen que llevar bitácoras donde consten los horarios de actividad y descanso, alimentación, agua, atención médica, transporte y condiciones de seguridad del animal. Estas bitácoras pueden ser objeto de inspecciones por parte de las autoridades correspondientes.

Adicionalmente, la ley estipula obligaciones en salud veterinaria: los perros deben someterse a exámenes físicos y mentales periódicos, contar con vacunas al día y estar en condiciones aptas para sus funciones de seguridad.

En transporte, alimentación e higiene también se fijan protocolos de bioseguridad: los alimentos deben cumplir normas sanitarias, los espacios de descanso y transporte deben tener ventilación, higiene adecuada y condiciones de seguridad para el animal.

Finalmente, el origen de la normativa responde a un caso emblemático de maltrato que causó debate público y llevó a reconocer legalmente a los animales como seres sintientes, no simples herramientas de trabajo.

La implementación de esta ley supone para las empresas de vigilancia privada un reto en cuanto a inversión, capacitación y adecuación de protocolos, pero también representa una mejora en términos de ética, profesionalización y responsabilidad social corporativa.

¿Dónde está permitido usar perros de seguridad en Colombia?

En Colombia, la Ley 2454 de 2025 (conocida como la ‘Ley Lorenzo’) establece que el uso de perros está permitido exclusivamente para actividades relacionadas con la vigilancia, la seguridad privada y la inspección de sustancias u objetos, abarcando también su etapa de entrenamiento y retiro, según divulgó la Autoridad Nacional de Licencia Ambientales sobre la norma.

Esto quiere decir que los caninos pueden emplearse en empresas de seguridad privada para patrullaje, detección de drogas o explosivos, inspecciones de vehículos o bienes, y similares tareas contractuales privadas de vigilancia. Por ejemplo, los medios señalan que la ley aplica a actividades de seguridad y vigilancia privada o inspección con medio canino.

La norma aclara que queda fuera su uso para labores de rescate humano, protección ambiental, búsqueda y otros servicios públicos de carácter humanitario, que están sujetos a otras regulaciones específicas.

Además, bajo la supervisión de la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada, las empresas que empleen perros deben registrarlos, verificar su estado de salud, bienestar, hábitos laborales, y cumplir con jornadas máximas de trabajo según la función del animal.

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