Por: Testigo Directo

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Este artículo fue curado por Gustavo Arbelaez   Nov 27, 2025 - 3:28 pm
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Durante meses, turistas y ciudadanos que caminaban por el Bulevar del Río y la Calle del Sabor, en Cali, confiaron en la presencia amable de unas mujeres vestidas como enfermeras. Lo que nadie sospechaba era que esos uniformes, de clínicas y universidades reconocidas, eran el camuflaje perfecto para una red de ladronas que operaba sin levantar sospechas. Hablaban, se acercaban, generaban conversación… y en segundos desparecían celulares, bolsos o cualquier dispositivo electrónico. Detrás del disfraz había una estructura criminal mucho más compleja.

La Policía Metropolitana de Cali las siguió durante ocho meses. Fue así como descubrieron que estas mujeres eran apenas el primer eslabón de una cadena conocida como Los Burke, capaz de mover más de 100 millones de pesos al mes. Los investigadores detectaron que sus bolsos tenían bandas magnéticas que bloqueaban la señal de los teléfonos recién robados, impidiendo su rastreo inmediato. Pero el verdadero negocio venía después.

(Vea también: Destituyen e inhabilitan a exedil de Cali por doble salario: caso expone conflicto de intereses y ética pública)

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Los dispositivos terminaban en manos de ingenieros, técnicos y hackers que pagaban en dólares por el acceso a plataformas ilegales que permiten saltarse el bloqueo por hurto en equipos de alta gama. Un iPhone 16 Pro Max podía “revivirse” por 260 o 280 dólares; un Samsung S24 Ultra, por unos 220. Para clasificar los equipos usaban códigos como F2, F3 o F4, cada uno indicando el nivel de reporte del celular.

La investigación reveló conexiones internacionales de estas plataformas, con pagos rastreados en Centroamérica, Sudamérica y Europa. Sin embargo, en Colombia lograron caer todos los eslabones de la estructura: cosquilleras, receptadores, programadores y una pareja encargada de sacar los dispositivos modificados desde un local fachada que simulaba vender software.

Expertos en seguridad coinciden en que el combate no solo debe centrarse en capturas: la ciudadanía juega un papel clave al no comprar celulares evidentemente robados o sospechosamente baratos. Además, recomiendan activar bloqueos complejos, impedir que el celular se apague tras ser robado y usar patrones de seguridad de mínimo seis dígitos.

En total hubo 12 capturas, 19 celulares sin IMEI incautados y el desmantelamiento de un negocio millonario.

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