El pasado martes, se habló bastante del asesinato que se cometió en un motel de Bogotá. El autor del crimen fue capturado en flagrancia y en las últimas horas se llevó la audiencia de imputación de cargos en su contra.

El asesino, identificado como Juan Miguel Pinzón Piñeros, tuvo el descaro de no aceptar cargos ante las autoridades, a pesar de que él mismo llamó a una empleada del motel (cuyo nombre revelaron horas más tarde) para confesarle lo que había hecho. La mujer se comunicó con la Policía y luego se concretó la detención del criminal, quien estaba junto al cuerpo de su pareja, como si nada.

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A Pinzón le imputaron el delito de feminicidio agravado. El no aceptó cargos y fue enviado de inmediato a la cárcel.

En la audiencia, la Fiscalía contó crudos detalles de cómo se cometió el crimen en el motel. Los investigadores establecieron que el criminal atacó a su pareja con una cuchilla en diferentes partes del cuerpo. Pulzo se abstiene de mencionar todo lo expresado por las autoridades por su carácter explícito.

La Fiscalía confirmó que la víctima tenía heridas graves que “incluso llegaron hasta a la mutilación”.

Además, el fiscal del caso precisó que muchas de esas heridas se produjeron mientras que la mujer estaba agonizando. Los investigadores agregaron que “hubo un sometimiento excesivo”.

El victimario era conocido en el barrio Villa Luz, en el occidente de Bogotá, ya que tenía un negocio de comidas rápidas. Lo que pocos sabían es que ya tenía serios antecedentes, ya que tenía anotaciones por violencia intrafamiliar, estafa, tráfico, fabricación, porte de estupefacientes y hurto calificado.