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Escrito por:  Yenny Bejarano
Redactora     Sep 7, 2025 - 3:05 pm

Felipe Arias es un periodista y presentador que se ha ganado el cariño del público gracias a su profesionalismo, su talento frente a las cámaras y, sobre todo, por la sencillez y cercanía que lo caracterizan fuera de la pantalla.

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Sin embargo, recientemente ha sido noticia no solo por su labor en televisión, sino también por la visibilidad que ha comenzado a tener su hija, Sofía Arias. Aunque no sigue la misma carrera de su padre en los medios tradicionales, Sofía ha encontrado un espacio propio en el mundo digital.

A través de su cuenta en TikTok, ha logrado superar los 300 mil seguidores, quienes disfrutan del contenido que comparte sobre diferentes aspectos de su vida. Su naturalidad y autenticidad han hecho que poco a poco vaya construyendo una comunidad fiel.

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¿Cuál es la enfermedad que sufre la hija de Felipe Arias?

En medio de esa interacción con sus seguidores, Sofía Arias decidió abrir su corazón y revelar un aspecto íntimo y delicado: padece un trastorno conocido como disautonomía.

De acuerdo con su testimonio, los primeros síntomas aparecieron cuando tenía entre 12 y 13 años, durante las clases de educación física en el colegio. En ese entonces comenzó a sentir mareos, fatiga y, en varias ocasiones, llegó incluso a desmayarse. 

@sofiaariasmontene Replying to @Tatiana Sanchez Un poco de como me enteré, a penas estoy aprendiendo más de cómo manejarlo y prevenirlo! #disautonomía #sincopecardioinhibitorio #medico ♬ original sound – Sofia Arias M

En un principio, tanto ella como su familia pensaron que se trataba de algo relacionado únicamente con el esfuerzo físico.

“En dos o tres ocasiones en el colegio me desmayaba y pensé que era porque había hecho mucho ejercicio”, expresó la creadora de contenido.

No obstante, el panorama cambió con el paso del tiempo. Años más tarde, durante una presentación escolar de talento en la que se encontraba cantando, volvió a perder el conocimiento. Ese episodio fue decisivo, pues le permitió entender que la situación iba más allá de la práctica de ejercicio. Sofía también recordó que desde muy pequeña no toleraba ducharse con agua caliente, ya que esa sensación le producía malestar intenso.

Lo más desconcertante para ella y su familia era que, pese a los síntomas constantes, los exámenes médicos no mostraban ninguna anomalía. Esto incrementaba la preocupación de sus padres, quienes buscaban una respuesta a lo que estaba ocurriendo.

Al llegar a la universidad, las manifestaciones del trastorno se intensificaron. Fue entonces cuando decidió acudir a un cardiólogo, quien después de varios estudios le indicó que probablemente sufría de disautonomía.

Finalmente, el diagnóstico se confirmó: síncope cardioinhibitorio, una condición que afecta al sistema nervioso autónomo. Este sistema es el encargado de regular funciones vitales como la presión arterial y la frecuencia cardíaca. En el caso de Sofía, su organismo no responde de la manera adecuada en situaciones en las que debería aumentar la presión, provocando desmayos.

Ella misma explicó que no solo experimenta caídas bruscas en la presión arterial, sino también descensos en su frecuencia cardíaca, alcanzando niveles peligrosamente bajos. Aunque decidió no profundizar demasiado en los detalles, sí quiso visibilizar la enfermedad para ausar conciencia. “No quiero hablar del tema tanto por ahora”, expresó, dejando claro que todavía se encuentra en un proceso de aceptación y manejo de su diagnóstico.

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