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La exportación de esmeraldas extraídas de las minas ubicadas en Boyacá y Cundinamarca representan anualmente US$150 millones, pero en los últimos cinco años una pequeña porción de esas gemas se está quedando en el mercado colombiano.
Así lo explicó Óscar Baquero, presidente de la Federación Nacional de Esmeraldas de Colombia (Fedesmeraldas), quien aseguró que alrededor del 2% de las piedras preciosas valoradas en unos US$3 millones se están dedicando a atender la demanda de los turistas que llegan a ciudades como Bogotá, Cartagena y Medellín.
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Según el dirigente gremial la dinámica de visitantes foráneos a la capital antioqueña está impulsando las ventas del negocio de las esmeraldas en la ciudad, lo que puede estar representando alrededor de US$1,2 millones al año.
Para capitalizar esa demanda atizada por los visitantes extranjeros algunos emprendimientos paisas vienen trabajando joyería, en la que utilizan materiales como plata con incrustaciones de esmeraldas, lo que ha tenido una buena acogida por parte de esos clientes.
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Y aunque estas piedras son costosas, algunos estudios de Fedesmeraldas han mostrado que su consumo en el país se da en segmentos poblacionales como la clase media-alta, que invierten entre $1 millón y $5 millones.
Al igual que el café y las flores, las esmeraldas colombianas son muy apreciadas en el mundo, al punto que Colombia es reconocido como el principal productor por su calidad.
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La producción es de 2 millones de quilates por año, y la competencia es con países como Zambia, en África que ha llegado a producir 30 millones de quilates, pero la calidad de esas piedras no es comparable con las colombianas.
También está en este negocio Brasil, cuya producción es de unos 2 millones de quilates, pero la formación geológica de esas piedras es la que marca la diferencia.
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Según precisa la Agencia Nacional de Minería (ANM) las gemas colombianas poseen una fluorescencia roja natural dada su reducida concentración de impurezas químicas en su composición geológica, poseen baja presión y temperatura, siendo esos los factores que marcan la diferencia en la calidad.
“Las esmeraldas de otros países son de origen pegmatítico, de alta temperatura y presión. El contenido de cromo en muchas de las esmeraldas colombianas es el ideal, lo que permite que su color, juego de luz y brillo sean óptimos”, anotan los expertos de ANM.
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Por su parte Baquero resaltó que las minas del centro del país están desde hace algún tiempo bajo la tutela de empresas internacionales, y en ellas se generan más de 2.000 empleos directos y 8.000 indirectos. “Se trata de una minería tecnificada con mucha supervisión y ajustada al cumplimiento de normas de protección del ambiente”.
Si bien se han adelantado varios procesos de formalización, la actividad no está exenta de dificultades por la existencia de pequeña minería, la cual no cuenta con el capital de trabajo necesario para desarrollar procesos de exploración y explotación que cumplan las normas.
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“Ese es un camino que se está recorriendo, y están llegando nuevas ideas como flexibilizar las exigencias para que llegue más inversión o ajustar algunos proyectos de ley que se están impulsando”, dijo Baquero.
Las piedras en su mayoría (90%) se exportan talladas principalmente a India y China, y aunque las cifras oficiales muestran que el principal destino es Estados Unidos, vale anotar que es desde allí de donde salen al Asia, por la mejor logística de distribución.
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“En 2023 se exportaron unos US$152 millones, lo que representó un crecimiento frente a 2022 cuando los despachos sumaron US$132 millones”, manifestó Baquero.
Desde la ANM se indicó que el precio del quilate de cada esmeralda puede variar según la pureza y el color de cada gema (calidad), el valor estimado por quilate de una esmeralda tallada puede oscilar entre los US$200 los y US$150.000.
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En este punto el presidente de Fedesmeraldas sostuvo que estas piedras no se consideran como commodities o bienes básicos y para ellas no existen precios de referencia como sucede con el oro o los diamantes, por lo que su comercialización es semejante a la de las obras de arte.
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Por tener al grueso de los compradores en economías externas como China, y el efecto de las guerras se espera que la exportación observe un crecimiento de 1%.
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