Colombia es reconocida a nivel internacional por ser uno de los pocos países donde se encuentran estas piedras preciosas. Los yacimientos de esmeraldas se concentran en los departamentos de Boyacá y Cundinamarca. Actualmente, las gemas y metales preciosos son el segundo producto de exportación más valioso del país.

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Luego de la pandemia del COVID-19, ese negocio sufrió cambios. Su extracción se paralizó ante la falta de licencias ambientales y títulos de explotación, reseñó El Tiempo.

Precio de esmeraldas se disparó: qué está pasando

Ante esa serie de dificultades, el precio de la esmeralda colombiana está experimentado una fuerte alza porque la demanda se reactivó (había bajado un 63,2 % en la pandemia) pero la oferta es baja.

El rotativo detalló que el Gobierno intensificó los requisitos para otorgar las licencias y esa medida ha impactado en la oferta de esta piedra. Por ello, el precio del quilate subió hasta en un 40 %. “La poca esmeralda que se consigue en el mercado está siendo acaparada por Estados Unidos y Asia”, le dijo un comerciante.

Alejandro Amelines, vocero de Fura Gems, una compañía minera de origen árabe con sede en Dubai, que opera desde el 2018 la mina de Coscuez, al occidente de Boyacá, explicó que la CAR (Corporación Autónoma Regional) se ha vuelto muy exigente para otorgar los permisos y eso sin duda alguna dificultó la producción y exportación de esmeraldas.

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Por su parte, los comerciantes consultados por el rotativo le informaron a ese diario que joyerías como Cartier exigen trazabilidad en el producto, es decir, que haga parte de una operación legal. Por lo tanto, cada vez es más complicado el comercio de las gemas.

Finalmente, explicaron que sumado a la complicación que les ha representado la normatividad, esas piedra tiene la particularidad de que su precio se rige según el criterio del comprador en muchos casos, no como el oro o la plata, que se rigen bajo variables específicas.