La historia de Carlos Arturo Londoño, un hombre de 68 años, casado y padre de dos hijas, se conoció recientemente por la enfermedad que ha enfrentado durante más de una década y que terminó afectando sus riñones.
Y es que Londoño fue diagnosticado con enfermedad renal crónica (ERC), que es una patología silenciosa durante su etapa inicial, pero que a medida que avanza altera la vida de quienes la padecen.
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Al ser una enfermedad crónica, significa que es de larga duración y su cura no ha sido detectada hasta el momento.
Con la ERC tanto pacientes como sistemas de salud enfrentan retos importantes, dentro de los que se encuentran: la detección oportuna, la necesidad de un tratamiento complejo y en ocasiones doloroso y el costo que asume el sistema de salud por su tratamiento, al tratarse de una enfermedad de alto costo.
De acuerdo con algunos estudios, la atención de la enfermedad renal crónica podría significar un gasto entre el 1.6 y el 2.7 % del PIB colombiano.
Para Carlos Arturo, el camino hacia el diagnóstico fue retador, pues aseguró que la falta de educación y conciencia sobre las enfermedades renales jugó un papel crucial en su historia.
Fue solo después de experimentar una crisis de retención de líquidos que decidió asistir a una sucursal médica, donde le practicaron los exámenes necesarios para identificar la enfermedad renal crónica.
Esto fue el punto de partida de un camino protagonizado por tratamientos intensivos y cambios en el día a día. Después de enfrentar seis meses de hemodiálisis y vivir cinco años sin depender de la terapia, Londoño tuvo un episodio de hipoglucemia que, sumado a una infección hospitalaria, empeoró su situación renal.
Producto de ello, experimentó tres años de diálisis peritoneal. Para él, el desafío no fue solo físico, sino también emocional, pues exigía una dedicación constante y un cambio profundo en su estilo de vida.
Qué síntomas tiene la enfermedad renal crónica
La manera en que los síntomas de la ERC influyen y afectan la vida diaria de los pacientes es más evidente en las etapas avanzadas. De hecho, la hemodiálisis, que requiere visitas a centros médicos, como la diálisis peritoneal, y que implica un procedimiento diario en casa, demandan tiempo y energía.
En el caso de Carlos Arturo, todo continuó con un trasplante de riñón, que se convirtió en su última opción para lograr la remisión de esta enfermedad, lo que le permitió volver a tener una calidad de vida estable.
De acuerdo con Diego Caro, director médico del área Cardiovascular, Renal y Metabólica de AstraZeneca, los síntomas de esta enfermedad son inespecíficos y tienden a aparecer en estadios avanzados, por eso es importante estar alerta.
Entre los principales síntomas están los siguientes:
- Disminución del apetito
- Pérdida de peso
- Náuseas
- Picazón en la piel
- Inflamación en las piernas
- Disminución de la cantidad de orina.
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Hay que aclarar que, al no ser signos exclusivos de problemas renales, esto hace que su diagnóstico pueda ser tardío. Por esta razón, si se identifican factores de riesgo en una persona que consulta al médico, es crucial evaluar el estado de salud renal a través de exámenes médicos.
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