Para nadie es un secreto que en Colombia y muchos países del mundo el pan es uno de los productos infaltables en la mesa a la hora del desayuno.
Sin embargo, lo que pocos saben es que es señalado como uno de los grandes enemigos de una dieta sana, pese a que en panaderías y supermercados existe una gran variedad del mismo: de trigo, integral, con semillas, de harina refinada, entre otros.
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El elemento fundamental en este tipo de alimentos son los carbohidratos, nutriente que resulta de especial importancia debido a que su principal función es dar energía.
“Aportan la energía de más fácil utilización. La glucosa es la única fuente de energía para el cerebro, que consume alrededor de 100 gramos al día. Los carbohidratos son almacén y reserva de energía en forma de glucógeno que se moviliza rápidamente para generar glucosa cuando se necesita”, mencionó la Fundación Española del Corazón.
Qué cambios tendría el cuerpo si se deja de comer pan
Entre las principales variaciones que tendría un organismo que deja a un lado el pan por un tiempo está la pérdida de peso. Esto se debe a que, al reducir la ingesta de carbohidratos, se reduce la cantidad de agua del cuerpo.
Teniendo en cuenta que los carbohidratos se almacenan en el cuerpo en forma de glucógeno, y por cada gramo se puede acumular hasta tres a cuatro gramos de agua, reducir su ingesta también reduce el peso de la persona, citó El Español.
Otro de los cambios, para muchos benéfico, es que se reducen los riesgos de sufrir una enfermedad cardiaca. De acuerdo con el medio mencionado, un estudio de 2014 publicado en PLOS ONE (una revista científica) encontró que los carbohidratos refinados aumentan los niveles corporales del ácido graso y el ácido palmitoleico, lo que significa un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes tipo 2.
El diario también señaló que la Asociación Estadounidense del Corazón destacó en su momento que los cereales integrales pueden mejorar los niveles de colesterol en la sangre y reducir el riesgo de sufrir esas enfermedades, por lo que el pan elaborado con harinas integrales puede ser muy beneficioso en este sentido.
Pero uno de los cambios, para muchos negativo, es que el cuerpo tendría menos energía puesto que se reduce el consumo de carbohidratos. Además, al bajar la ingesta de granos integrales también se reduce el hierro, el magnesio y las vitaminas B del cuerpo, que son claves para brindar energía.
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