El 22 de diciembre se celebra el Día 7 de la Novena de Aguinaldos. Esta tradición se remonta a los tiempos de la colonia española, cuando los españoles acostumbraban a rezar novenas durante la navidad para celebrar el nacimiento de Jesús. 

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La Novena de Aguinaldos se reza durante nueve días consecutivos, comenzando el 14 de diciembre y terminando el 22 de diciembre. El Día 7 de la Novena de Aguinaldos es un día especial para los hispanos, pues es el último día de la novena. 

Durante el Día 7 de la Novena de Aguinaldos, se rezan oraciones específicas para honrar la vida de Jesús, quien nació para salvar a la humanidad. Estas oraciones incluyen el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria al Padre. También se rezan algunos gozos, los cuales son canciones populares que se cantan durante la navidad.

Estas canciones se cantan para celebrar el nacimiento de Jesús. Por último, se cantan villancicos, también conocidos como canciones navideñas. Estas canciones se cantan para recordar el nacimiento de Jesús y para desear un feliz año nuevo a los demás.

A continuación, conozca el orden del día y las oraciones para este día de la Novena de Aguinaldos que se lleva a cabo el 22 de diciembre:

Oración para todos los días

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Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que le diste en vuestro hijo la prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado, suplicando por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. 

Intención del día 7

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Representémonos el viaje de María y José hacia Belén, llevando consigo, aún no nacido, al Creador del universo hecho hombre. Contemplemos la humanidad y la obediencia de este Divino Niño que aunque de raza judía y habiendo amado durante siglos a su pueblo con una predilección inexplicable, obedece así a un príncipe extranjero que forma el censo de población de su provincia, como si hubiese para El en esa circunstancia algo que le halagase, y quisiese apresurarse a aprovechar la ocasión de hacerse empadronar oficial y auténticamente como súbdito en el momento en el que venía al mundo. ¿No es extraño que la humillación, que causa tan invencible repugnancia a la criatura, parezca ser la única cosa creada que tenga atractivos para el Creador? ¿No nos enseñará la humildad de Jesús a amar esa hermosa virtud?.

Que llegue el momento en que aparezca el deseado de las naciones, porque todo clama por este feliz acontecimiento, El mundo, sumido en la oscuridad y el malestar buscando y no encontrando el alivio de sus males, suspira por su Libertador. El anhelo de José, la expectativa de María, son cosa que no puede expresar el lenguaje humano. El Padre Eterno se halla, si es lícito emplear esta expresión adorablemente impaciente por dar a su Hijo único al mundo, y verle ocupar su puesto entre las criaturas visibles. El Espíritu Santo arde en deseos de presentar a la luz del día esta santa humanidad tan bella que El mismo ha formado con tan especial y divino esmero, En cuando al Divino Niño, objeto de tantos anhelos, recordemos que hacia nosotros avanza lo mimo que hacia Belén, Apresuremos con nuestro deseo el momento de su llegada; purifiquemos nuestras almas para que sean su mística morada, y nuestro s corazones para que sean su Manis terrenal; que nuestros actos de mortificación desprendimiento “preparen los caminos del Señor y hagan rectos sus senderos”.

Oración a la Santísima Virgen María

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Soberana María que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado hijo. ¡Oh dulcísima madre!, comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que lo aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén. (Avemaría –3 veces).

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Oración a San José

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¡Oh santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan soberanos misterios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abracéis en fervoroso deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.

Gozos

Oh sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Niño del pesebre nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Oh lumbre de oriente sol de eternos rayos que entre las tinieblas tu esplendor veamos, Niño tan precios, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Rey de las naciones Emmanuel preclaro de Israel anhelo pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño ven Dios humanado luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados el gran compromiso del amor cristiano.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado, mi constante amigo mi divino hermano.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

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Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven

Ven Salvador nuestro por quien suspiramos ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

Oración al Niño Jesús

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Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijisteis a la venerable Margarita del santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en vos, ¡oh Jesús!, que sois la misma verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria.

Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos infinitos de vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a vos, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no que dará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.

Villancico

El burrito sabanero

Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén.

Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén.

Si me ven, si me ven

Voy camino de Belén (2 veces).

El lucerito mañanero ilumina mi sendero

El lucerito mañanero ilumina mi sendero

Si me ven, si me ven

Voy camino de Belén (2 veces).

Con mi cuatrico voy cantando, mi burrito va trotando

Con mi cuatrico voy cantando, mi burrito va trotando

Si me ven, si me ven

Voy camino de Belén

Coro:

Tuki tuki tuki tuki

Tuki tuki tuki tá

Apúrate, mi burrito

Que ya vamos a llegar

Tuki tuki tuki tuki

Tuki tuki tuki tu

Apúrate mi burrito

Vamos a ver a Jesús.