Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 12, 2025 - 11:39 am
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Con sus orígenes en el altiplano andino y un cultivo que data de hace unos 8,000 años, la papa se ha consolidado no solo como alimento fundamental en Colombia, sino como símbolo de identidad cultural y motor socioeconómico en el país. De acuerdo con el Instituto de Investigaciones de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, más de 250 variedades de papa se cultivan actualmente en territorios como Boyacá, Cundinamarca, Nariño, Antioquia y Santander. Esta multiplicidad convierte a Colombia en una de las regiones del mundo con mayor biodiversidad de tubérculos, asegurando la subsistencia alimentaria de muchas comunidades rurales y promoviendo el sustento de la agricultura familiar a través del comercio regional.

La historia del consumo de papa se entrelaza también con procesos globales. En Europa, por ejemplo, su aceptación estuvo marcada por la labor de Antonie Parmentier en Francia durante el siglo XVIII, quien logró superar prejuicios y posicionar la papa como ingrediente imprescindible en la mesa europea, según registros publicados en Smithsonian Magazine. En el caso colombiano, la resistencia del tubérculo ante los climas fríos y accidentados de la cordillera andina facilitó su adopción y permanencia a lo largo de los siglos.

Hoy, organismos como el Fondo Colombiano de Modernización Agropecuaria y el Ministerio de Agricultura impulsan proyectos enfocados en perfeccionar técnicas de cultivo, incrementar la sostenibilidad y fortalecer la resistencia a plagas. De esta manera, la papa mantiene su relevancia económica y social, ampliando su alcance en el entorno rural y urbano, y combatiendo la inseguridad alimentaria gracias a su valor nutritivo y su versatilidad en la dieta nacional, como lo subraya la FAO.

En lo gastronómico, la papa ha inspirado recetas tradicionales y contemporáneas, integrando ingredientes autóctonos con innovaciones culinarias. Ejemplo de ello es la fusión de puré de papa con pollo acompañada de una salsa cremosa de maíz, reinterpretación moderna de sabores ancestrales. La labor de chefs destacados como Leonor Espinosa, promovida por la Fundación Casa de la Cultura Gastronómica, evidencia el interés por rescatar técnicas e ingredientes locales, proyectando la cocina colombiana al ámbito internacional y promoviendo una gastronomía sostenible y representativa.

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El consumo de papa va ligado también a cuestiones sociales profundas; su asequibilidad y aporte nutritivo la convierten en clave para enfrentar la malnutrición en áreas vulnerables, según informes de la FAO. La adaptabilidad del cultivo y su presencia constante en mesas de todas las regiones fortalecen la diversidad alimentaria y el sentido de comunidad. Al mismo tiempo, la creatividad en torno a su preparación, impulsada tanto por cocineros profesionales como por aficionados, contribuye al desarrollo de una identidad culinaria nacional en constante evolución, donde tradición y modernidad confluyen para enriquecer el legado colombiano.

¿Qué significa “biodiversidad de la papa” y por qué es relevante?

La expresión “biodiversidad de la papa” hace referencia a la variedad de especies y subespecies de este tubérculo que existen en Colombia, superando las 250 según el Instituto Alexander von Humboldt. Esta diversidad genética permite la adaptación a diferentes condiciones ambientales y protege contra enfermedades y plagas, lo que resulta crucial para garantizar la seguridad alimentaria y la resiliencia agrícola del país. Comprender y proteger esta diversidad es esencial para el desarrollo sostenible y la soberanía alimentaria en las regiones productoras del país.

La relevancia de preservar esta biodiversidad no se centra únicamente en un aspecto agrícola, sino que también sostiene prácticas culturales y gastronómicas únicas, las cuales dependen de variedades específicas para la elaboración de platos tradicionales y modernos. Además, la protección de este recurso asegura medios de vida para las comunidades campesinas e indígenas, facilitando la transmisión de conocimientos y técnicas culinarias a nuevas generaciones.

¿Cómo impacta la innovación culinaria colombiana en el reconocimiento internacional del país?

La innovación culinaria, respaldada por iniciativas y chefs como Leonor Espinosa y organizaciones como la Fundación Casa de la Cultura Gastronómica, ha puesto en valor la riqueza de ingredientes autóctonos y métodos ancestrales. Estas prácticas han permitido que la cocina colombiana gane presencia en escenarios internacionales, resaltando su identidad e impulsando un turismo gastronómico sostenible.

Al incorporar productos como la papa en propuestas modernas y creativas, la gastronomía colombiana atrae mayor atención global, lo que beneficia no solo al sector restaurantero y turístico, sino que también enriquece el orgullo y la visibilidad de las tradiciones regionales. Así, la cocina se convierte en puente entre el patrimonio cultural y las demandas de un público contemporáneo que aprecia la singularidad y autenticidad.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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