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La violencia intrafamiliar es uno de los fenómenos sociales y de salud pública más preocupantes en Colombia, afectando gravemente la vida de miles de mujeres, familias y comunidades a lo largo del país. Un caso reciente ocurrido en Támesis ilustra este problema, donde un hombre de 25 años fue capturado después de ser denunciado por su pareja, quien sufrió una serie de agresiones, desde amenazas de muerte hasta restricciones estrictas que coartaron su libertad, como impedirle maquillarse o visitar a sus familiares, además de acciones que la llevaron a perder su trabajo. Este patrón de abuso, que combina violencia física, manipulación psicológica y control coercitivo, no solo rompe la autonomía e integridad de las víctimas sino que trae consigo complejas consecuencias económicas y sociales para toda la comunidad, tal como han alertado entidades oficiales como el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Según reportes anuales de esta institución, la violencia ejercida contra mujeres dentro del entorno familiar representa una fracción significativa de las denuncias de violencia de género recogidas en Colombia. La Fiscalía General de la Nación, por su parte, sostiene que entre enero y junio de 2024 ya se han presentado más de 30,000 denuncias relacionadas con casos de violencia intrafamiliar, en su modalidad física y psicológica, aunque se reconoce la existencia de cifras ocultas por subregistro. Este contexto sugiere la urgencia de reforzar estrategias integrales para prevenir, atender y proteger a quienes sufren abusos dentro del hogar.
En respuesta a esta realidad, el Estado colombiano ha promovido distintas herramientas y líneas de atención para víctimas. La Línea Púrpura (#155), operada por la Policía Nacional en todo el país, la Fiscalía con servicio las 24 horas, y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) orientan sus esfuerzos a respaldar tanto a adultos como menores afectados. De igual forma, la aplicación Contigo de la Defensoría del Pueblo constituye un avance importante al facilitar la localización inmediata de casos en riesgo, lo que contribuye a la activación rápida de los protocolos de protección y acompañamiento, aunque aún existen desafíos en capacitación, rapidez de respuesta y recursos asignados a este tipo de atención.
Iniciativas locales como la estrategia “Estamos Contigo” en Manizales han facilitado el acceso gratuito a apoyo psicológico inmediato mediante la línea 123, opción 3, y redes de centros de escucha para evitar la aparición de secuelas emocionales graves como depresión o trastorno de estrés postraumático. Estas acciones siguen los lineamientos propuestos por la Organización Mundial de la Salud, que subrayan la importancia de intervenciones coordinadas, multidisciplinarias y con enfoque integral para aumentar la capacidad de recuperación de las víctimas e incidir en la disminución de estos casos.




A escala internacional, organismos como el Banco Mundial y ONU Mujeres han coincidido, a través de estudios comparativos, en que solo la consolidación de campañas educativas, mayor integración de la comunidad, y mejor acceso a la justicia permiten combatir la violencia intrafamiliar de raíz. La articulación de estas políticas con recursos tecnológicos como líneas telefónicas y plataformas digitales en Colombia es un paso necesario, pero aún insuficiente. Este caso evidencia la obligación de fortalecer la articulación entre Estado y sociedad civil, promover la denuncia informada y garantizar que las víctimas cuenten con entornos seguros, acompañamiento legal y apoyo emocional oportuno. Solo con un enfoque multisectorial y sostenido es posible disminuir los alarmantes índices de violencia intrafamiliar y restaurar el tejido social colombiano.
¿Cómo se puede acceder a la Línea Púrpura y qué tipo de atención brinda? Esta pregunta es central para quienes buscan información sobre canales seguros para denunciar violencia intrafamiliar. La Línea Púrpura, operada a nivel nacional por la Policía Nacional bajo el número #155, ofrece asesoría, orientación legal y acompañamiento psicológico a mujeres víctimas de violencia, funcionando las 24 horas del día. Además de canalizar las denuncias, este servicio facilita la conexión con entidades responsables para protección urgente, contribuyendo a reducir el riesgo de nuevas agresiones y garantizar el acceso a derechos fundamentales de las víctimas.
¿Qué significa el trastorno de estrés postraumático y cómo lo desarrollan las víctimas de violencia intrafamiliar? El término trastorno de estrés postraumático (TEPT) hace referencia a una condición psicológica severa que puede sufrir una persona a raíz de haber vivido o presenciado situaciones traumáticas, como la violencia intrafamiliar. Las víctimas que desarrollan TEPT atraviesan síntomas como ansiedad, pesadillas, flashbacks y dificultad para llevar una vida cotidiana normal. Reconocer y tratar el TEPT es fundamental para la recuperación emocional y la inclusión plena de quienes han experimentado situaciones de abuso en contextos familiares.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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