Por: El Espectador

El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.

Este artículo fue curado por pulzo   Oct 11, 2025 - 11:40 am
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El periodismo de investigación implica una labor que va mucho más allá de recolectar datos superficiales: se sumerge en los hechos públicos, sociales o políticos con el objetivo de descubrir verdades muchas veces ocultas. Este tipo de periodismo indaga en las causas y consecuencias de los acontecimientos, poniendo especial atención a los posibles encubrimientos de información. La credibilidad y calidad de las investigaciones periodísticas dependen, en gran medida, de la cuidadosa selección de fuentes y del rigor en el tratamiento de los datos. Este trabajo se apoya en métodos científicos y en herramientas tecnológicas avanzadas que permiten acceder, analizar y verificar grandes volúmenes de información, incluyendo bases de datos abiertas y formatos digitales complejos.

De acuerdo con la especialista María Teresa Ronderos, figura clave en el desarrollo metodológico del periodismo investigativo, la búsqueda de fuentes debe ser rigurosa y variada. El proceso abarca desde la exploración de recursos accesibles en línea hasta solicitudes formales de información a entidades gubernamentales, y se complementa con entrevistas a expertos, testigos y académicos, así como la revisión de informes oficiales o académicos. Ronderos resalta la importancia de mantener fuentes cultivadas; en otras palabras, construir relaciones de confianza con contactos recurrentes que proporcionen información precisa y actualizada, lo cual es fundamental para sostener la solidez de la investigación.

Las herramientas tecnológicas, por su parte, han reformado el panorama del periodismo de investigación, especialmente en América Latina. Un ejemplo destacado es NINA, plataforma del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), que permite seguir y conectar datos sobre contratos estatales y redes empresariales. El impacto de este tipo de plataformas radica en su capacidad para revelar patrones de corrupción y analizar procesos complejos de manera precisa y ágil, tal como subrayan investigaciones recientes.

El rigor científico también es pieza clave: la aplicación de métodos tanto cualitativos como cuantitativos —procedentes de las ciencias sociales— ha sido recomendada por expertos como John Dinges y organizaciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Estos enfoques aportan estructura a la investigación y facilitan la comprobación de hipótesis a partir de evidencia empírica sólida.

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En la era digital, la verificación de información se convierte en un reto constante. La proliferación de datos en redes sociales da lugar a desafíos como la validación de imágenes, videos y testimonios. El fact-checking, o verificación cruzada, sigue siendo esencial para distinguir información veraz de contenidos manipulados, como han apuntado diversos expertos y reportajes. Esta habilidad es vital para evitar la propagación de falsedades en internet y es la base sobre la que se sostiene el periodismo responsable.

No menos relevante es la gestión ética de las fuentes. Raúl Sohr y Lucrecia Escudero han explicado que las fuentes, además de facilitar datos, sirven para consolidar la legitimidad de la noticia y establecer confianza con la audiencia. La ética y el compromiso editorial refuerzan la calidad y el impacto de las investigaciones periodísticas, contribuyendo a un debate público informado y transparente.

El periodista Gavin MacFadyen, del Centro para el Periodismo de Investigación de Reino Unido, destaca que estas investigaciones no solo potencian la credibilidad de los medios, sino que también promueven la transparencia y el control ciudadano, elementos fundamentales para el fortalecimiento democrático. Los reportajes profundamente investigados crean debates, implican riesgos y enfrentan obstáculos legales o políticos, pero consolidan una mejor praxis periodística y una sociedad más vigilante.

Así, el periodismo de investigación moderno integra tecnología, metodología científica, rigor ético y una constante verificación de fuentes para construir relatos verificados y socialmente relevantes, esenciales para el funcionamiento transparente y democrático en la actualidad.

¿Cuál es el objetivo principal del fact-checking en el periodismo de investigación?
La práctica del fact-checking tiene como objetivo esencial verificar la autenticidad y legitimidad de la información obtenida durante una investigación periodística. Esto resulta fundamental ante el auge de las redes sociales y la rápida difusión de contenidos no confirmados. Distinguir entre datos válidos y contenidos manipulados permite al periodista ofrecer reportajes basados en evidencia comprobada, resistiendo la presión de la desinformación y la inmediatez digital.
El fact-checking requiere cotejar datos entre distintas fuentes, analizar imágenes y materiales audiovisuales y, si es necesario, consultar con especialistas independientes. Esta verificación rigurosa respalda la confianza del público en el periodismo de investigación y protege a los lectores de información errónea o parcial.

¿Por qué es importante la diversidad de fuentes en una investigación periodística?
La diversidad de fuentes es un principio fundamental en el periodismo de investigación porque permite construir una visión compleja y completa de los hechos. Al consultar distintas fuentes —como documentos oficiales, expertos, testimonios y bases de datos— se minimizan los sesgos y se obtiene una mayor objetividad. Así lo subrayan especialistas como María Teresa Ronderos, quienes destacan que mezclar fuentes abiertas, peticiones a organismos oficiales y entrevistas especializadas aporta confianza y respaldo a los hallazgos.
Este enfoque también habilita la identificación de contradicciones, oculta posibles intentos de manipulación y ayuda a consolidar relatos sólidos que pueden resistir el escrutinio público y legal. La pluralidad de fuentes, por tanto, es sinónimo de rigor y credibilidad en la labor del periodismo investigativo.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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