Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 25, 2025 - 6:29 am
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El chocoflan es un postre que representa una de las combinaciones más apreciadas de la repostería latinoamericana contemporánea, reuniendo en una sola preparación la esencia del flan, de textura cremosa y sabor delicado, con la intensidad y esponjosidad de un pastel de chocolate. Aunque se le identifica principalmente con la cocina de México, su historia es el resultado de un largo recorrido de intercambios culturales que remiten tanto a antiguas civilizaciones del Mediterráneo como a las transformaciones propias de América Latina en los siglos recientes. Según el Food History Journal, ya en épocas de fenicios, griegos y romanos existía una natilla dulce denominada tyropina, elaborada a base de leche, huevo y miel. Este antecedente, documentado aún antes de la Era Cristiana, sentó las bases para muchas de las variantes de flan que se popularizarían miles de años después.

Durante la Edad Media, especialmente en periodos como la Cuaresma, postres hechos con ingredientes sencillos como leche y huevo adquirieron notoriedad por su sencillez y versatilidad para ajustarse a las restricciones impuestas por el calendario religioso. Smithsonian Magazine destaca que este contexto ayudó a afianzar el gusto por estas texturas y sabores en buena parte de Europa. Sin embargo, la particular versión que combina el flan tradicional con un bizcocho de chocolate —lo que actualmente conocemos como chocoflan— empezó a cobrar forma y reconocimiento en el siglo XX en países como México y Colombia. El Universal de México subraya que la técnica clave reside en el horneado al baño María, proceso que posibilita que ambas capas se cocinen simultáneamente y que, una vez desmoldado, el postre luzca el característico efecto invertido: el flan cubriendo suavemente el pastel de chocolate.

El New York Times Cooking señala que la receta clásica de chocoflan exige precisión tanto en la elaboración del flan —con una mezcla de leches, queso crema, azúcar, huevos y vainilla— como en el bizcocho de chocolate, que incorpora cacao puro, café caliente, mantequilla y bicarbonato. El resultado es una fusión de sabores y texturas, donde la ligereza y dulzura del flan complementan a la perfección la profundidad del chocolate. Esta armonía ha contribuido a la creciente popularidad del postre, no solo en hogares sino también en reposterías y restaurantes de América Latina.

A nivel dietético, el chocoflan representa un postre energético, rico en calorías, grasas y azúcares, razones por las que especialistas recomiendan moderación en su consumo y su disfrute dentro de una dieta variada. Desde la visión cultural, Revista Gastronomía Latina afirma que el chocoflan es un símbolo de cómo las tradiciones culinarias europeas han dialogado y se han enriquecido al mezclarse con ingredientes, técnicas y preferencias locales en Latinoamérica. Además, su reciente auge en redes sociales motivó la aparición de nuevas variantes, ampliando el interés de chefs profesionales y aficionados.

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Finalmente, tal como sostiene Le Cordon Bleu en sus manuales, la preparación de chocoflan posee un valor formativo dentro de la enseñanza repostera: dominar la técnica del baño María, conseguir la cocción precisa y combinar correctamente las masas, son destrezas fundamentales que este postre permite practicar y perfeccionar. Así, el chocoflan trasciende el ámbito doméstico para convertirse en referencia gastronómica, cultural y educativa tanto en América Latina como en otras regiones donde ha despertado interés.

¿Por qué el baño María es fundamental en la preparación del chocoflan?

El baño María, método que consiste en colocar el recipiente con la mezcla dentro de otro con agua caliente durante la cocción, es imprescindible para obtener la textura ideal del chocoflan. Este procedimiento permite que el calor se distribuya de manera uniforme y suave, evitando que la mezcla del flan se corte o se vuelva granulosa, y logrando que ambas capas —flan y bizcocho de chocolate— cuajen correctamente, como lo explicó el chef Alberto Peñalosa en El Universal.

La relevancia de esta técnica se debe a la delicadeza de los ingredientes involucrados, especialmente en el flan, donde el exceso de calor directo puede arruinar el postre. En la mayoría de las escuelas culinarias, como expone Le Cordon Bleu, el baño María es una destreza básica que se enseña precisamente para evitar errores de textura y cocción en recetas clásicas de repostería.

¿Qué simboliza el chocoflan en la cultura gastronómica latinoamericana?

El chocoflan no solo es un postre delicioso; representa la síntesis de herencias culturales, reflejando la convergencia de técnicas europeas y sabores tropicales locales. Según la Revista Gastronomía Latina, este postre simboliza la creatividad e innovación que caracterizan a la cocina latinoamericana actual, manteniendo vivas tradiciones pero adaptándose a los gustos modernos y tendencias mediáticas recientes.

Esta dualidad —tradición e innovación— convierte al chocoflan en icono representativo de un proceso de mestizaje cultural continuo, donde recetas ancestrales encuentran nuevas formas de expresión, revalorizando el acto de compartir, celebrar y explorar la identidad culinaria en la región.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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