El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.
Los pasteles Gloria se han consolidado como uno de los dulces más representativos de la tradición colombiana, apreciados tanto por su sabor como por la técnica minuciosa que implica su preparación. Este pastel hojaldrado, relleno principalmente con arequipe (dulce de leche) o bocadillo (dulce de guayaba), suele acompañarse de bebidas como el café o el chocolate, formando parte de las costumbres matutinas y vespertinas en distintos hogares del país. Su textura crujiente envuelve un relleno suave y dulce, ofreciendo una experiencia que quienes la prueban asocian rápidamente con identidad regional y calor familiar.
El proceso para elaborar estos pasteles refleja una herencia técnica y cultural. Sobre una mesa previamente enharinada, la masa de hojaldre se estira hasta alcanzar entre 5 y 7 milímetros de grosor. A continuación, se cubre con una capa generosa de arequipe, se pincelan los bordes con huevo y se sella el conjunto con otra lámina de masa. El último paso, que consiste en pincelar la parte superior con huevo y espolvorear azúcar antes de llevar al horno a 200 °C por unos 20 minutos, es fundamental para lograr su característico dorado y ese contraste entre crocancia y cremosidad que define al pastel Gloria.
Más allá de su delicadeza culinaria, este dulce tiene un peso simbólico notable. Según el Centro de Investigaciones Culinarias Colombianas, el pastel Gloria no es únicamente un postre: encarna la transmisión de saberes y recetas entre generaciones, así como el mestizaje culinario surgido del encuentro entre tradiciones europeas, especialmente españolas, y costumbres alimenticias locales. Antropólogos gastronómicos han destacado su presencia habitual en celebraciones, encuentros en familia y festividades comunitarias, donde se convierte en vehículo de memoria y cohesión social.
Este vínculo con la tradición, al mismo tiempo, no implica un estancamiento. Medios prestigiosos como El Espectador han reportado el renovado interés de la población por redescubrir y reinterpretar recetas típicas, impulsando la cocina casera como una herramienta de preservación y adaptación cultural. Periodistas como Tatiana Gómez Fuentes y Edwin Bohórquez Aya han subrayado cómo el compartir versiones modernas y personales de los pasteles Gloria contribuye a la vitalidad del patrimonio gastronómico colombiano.




Comparando internacionalmente, el pastel Gloria se sitúa en una extensa familia de dulces hojaldrados que existen en otras tradiciones europeas. No obstante, su sello distintivo colombiano reside en el uso específico de bocadillo y arequipe como rellenos y en su relevancia social particular, aspectos que según estudios de la Universidad Nacional de Colombia delimitan claramente su identidad local frente a preparaciones similares foráneas. En este sentido, la globalización ha servido de impulso para revalorizar y posicionar productos autóctonos, destacando estos dulces como parte fundamental del patrimonio alimentario nacional.
Impulsados por la cercanía de las plataformas digitales y el entusiasmo creciente por la cocina tradicional, los pasteles Gloria han trascendido su espacio doméstico y hoy inspiran a nuevas generaciones de cocineros y aficionados. La conservación y evolución de esta receta, tan arraigada en el tejido social colombiano, demuestra que la gastronomía puede seguir siendo espacio de innovación sin perder sus raíces, y que un buen pastel no solo es cuestión de sabor, sino también de historia y pertenencia colectiva.
¿Por qué se utiliza hojaldre en los pasteles Gloria?
El empleo de masa de hojaldre es fundamental en la elaboración de los pasteles Gloria porque, al laminarlos y hornearlos adecuadamente, se logra la textura distintiva que los diferencia de otros postres. Este proceso, cuya técnica fue adaptada de tradiciones europeas, permite obtener capas finas que quedan crujientes en el exterior y se equilibran con el relleno dulce en el interior. La preferencia por el hojaldre en esta receta responde también al valor artesanal y al reto técnico que implica su manejo, resaltando la destreza de quienes los preparan, como lo atestiguan reportes del Centro de Investigaciones Culinarias Colombianas.
¿Qué otros usos tiene el bocadillo en la repostería colombiana?
El bocadillo, conocido por ser un dulce de guayaba, tiene numerosas aplicaciones dentro de la pastelería y repostería colombianas. Además de ser el relleno clásico en pasteles como el Gloria, se utiliza en empanadas, postres fríos, bizcochuelos y tortas. Este ingrediente resalta por su sabor dulce y su capacidad de complementar masas de panadería o de pastelería, aportando un toque auténtico a muchas preparaciones reconocidas a lo largo del país. Su presencia en diversas recetas, documentada por medios como El Espectador, da cuenta de su importancia cultural y su versatilidad en la identidad gastronómica nacional.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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