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El general en retiro causó polémica en medio de una audiencia en la que, se suponía, debía aceptar su responsabilidad en más de 300 ejecuciones extrajudiciales en el Casanare. El exalto oficial dijo que “alcahueteó” asesinatos de personas inocentes y, para las víctimas, aunque admitió responsabilidad, nunca aceptó haber dado una orden directa de desaparecer forzosamente a civiles.
Este martes en Casanare durante la audiencia de reconocimiento en la que más de 20 militares reconocieron su responsabilidad por su participación en asesinatos y desapariciones forzadas presentadas ilegítimamente como bajas en combate, tanto las víctimas como los magistrados de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), recriminaron al general (r) Henry Torres Escalante por no reconocer su responsabilidad en los falsos positivos cometidos en el departamento de Casanare.
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Entre gritos y luego de más de media hora de intervención del general en retiro, las víctimas se levantaron de sus asientos y una de ellas empezó a gritar:
“No nos falte al respeto y acepté, merecemos respeto. Aquí no les estamos suplicando ni implorando, le estamos exigiendo una bendita verdad. Dejen de burlarse de nuestro dolor, ya no más. Son 17 años, que todas estas familias necesitan saber la verdad, que usted reconozca que es el cabecilla mayor, por llamarlo así, así como llamó cabecilla a nuestros familiares”, dijo una de las víctimas. Luego el auditorio se llenó de aplausos.
A lo largo de su intervención Torres Escalante dijo que asumía con vergüenza el señalamiento de máximo responsable. Explicó que su reconocimiento y responsabilidad se fundamenta en las presiones que realizó para que sus subordinados cumplieran con los resultados que se les exigían, “dando prelación a las muertes en combate, lo que indiscutiblemente me llevó a ser reiterativo e incisivo en los programas diarios “.
Torres Escalante agregó que las presiones de aumentar las bajas en combate a toda costa, venían desde el comandante del Ejército Mario Montoya, recién imputado por la JEP, el comandante de la Cuarta División, Guillermo Quiñones y de él mismo.
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En su intervención el general en retiro también habló de que cayó en la irresponsabilidad de hacer comparaciones entre las unidades, llamados de atención a los comandantes que no producían resultados, pero además fue partícipe de la guerra jurídica que se creó en la institución.
“Fue un fantasma direccionado desde el comando del Ejército, las instrucciones eran claras, no permitir que esas falsas acusaciones afectaran el ímpetu de las operaciones militares, generando así las condiciones para que se siguieran cometiendo esa serie de asesinatos y garantizando así el aparato criminal”, dijo.
Durante este lunes y martes en Yopal, 21 militares, que hicieron parte de la Brigada XVI del Ejército Nacional en Casanare, además un funcionario del extinto DAS y dos civiles, reconocen frente a la justicia, la comunidad internacional y, sobre todo, delante de los familiares de 296 víctimas su participación en asesinatos y desapariciones forzadas presentadas ilegítimamente como bajas en combate.
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Entre los oficiales que participan en el evento están otros 13 oficiales, además de 7 suboficiales, un funcionario del extinto DAS y dos terceros civiles. El evento se hizo en el Auditorio Quiripa, en la Cámara de Comercio, en Yopal, Casanare, y los militares se refirieron a los daños causados a las víctimas, así como a la organización criminal que se implantó en la Brigada XVI del Ejército entre 2005 y 2008.
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