Colombia le solicitó a Juan Guaido, autoproclamado presidente Venezuela —y reconocido como tal por el Gobierno de Iván Duque—, la extradición de Merlano; sin embargo, ella sigue en ese país, ya que es Nicolás Maduro el que tiene la gobernabilidad en ese territorio.

La exsenadora, condenada a 11 años de prisión por concierto para delinquir y corrupción al sufragante, manifestó que iba a solicitar el asilo a Maduro, aprovechando las diferencias del dictador venezolano con Duque.

No obstante, Merlano (de 39 años) sigue en el país vecino, donde fue imputada por los delitos de usurpación de identidad y uso de documento falso, pues fue así como pudo mantenerse oculta de las autoridades cuando llegó a Maracaibo, donde fue recapturada por la justicia venezolana.

¿Cómo fue la fuga Aída Merlano?

Para responder esa pregunta hay que reconstruir los pasos que la excongresista dio el primero de octubre de 2019, día que logró escapar de la justicia colombiana cuando fue trasladada a un consultorio médico del norte de Bogotá, para asistir a una cita médica.

La exparlamentaria aseguraba, según la última conversación que tuvo desde la prisión con su hija (Aída Victoria Merlano), que tenía un fuerte dolor en la boca y que ella iba a insistir para que la llevaran al odontólogo.

Fue así como la barranquillera salió de la prisión custodiada por 2 guardias del Inpec. Cuando llegó al consultorio, ubicado en la localidad de Usaquén, fue atendida por el médico, saludó a sus hijos y, posteriormente, aprovechó que se quedó sola para saltar a la calle, como se aprecia en un video revelado por el Inpec.

Cuando Merlano cayó sobre la avenida Séptima, de Bogotá, se subió a una moto que conducía un hombre, al parecer su pareja sentimental en ese momento, y se fugó de las autoridades.

¿Y cómo terminó en Venezuela?

Los primeros tres días después del escape los habría pasado en un apartamento de Toberín, norte de la capital, y luego se fue a una casa en Kennedy, suroccidente de la ciudad, donde encontraron documentos —como una fórmula médica y otros papeles– a nombre de Merlano, y un celular.

Después, la exparlamentaria salió de Bogotá, pues, según El Tiempo, el novio de ella habría planeado todo para ir a Venezuela.

Fue entonces cuando la pareja viajó por tierra hacia La Guajira, y ahí se refugió en Maicao; luego se trasladó a Paraguachón, que limita con la ciudad venezolana de Maracaibo y, con supuestas ayudas de redes ilegales, logró entrar al país venezolano.

Ya fuera de Colombia, Merlano y el hombre que la acompañaba— también detenido cuando ella fue recapturada— se instalaron en un apartamento de un conjunto residencial del barrio El Milagro, prestigiosa zona de Maracaibo, donde duraron cerca de dos meses; después, ella fue recapturada por las autoridades de ese país.

En manos de la justicia venezolana, la exsenadora le envío dos video a Maduro donde le decía que en Colombia la querían asesinar, pues conocía oscuros secretos de miembros de la clase política colombiana; mencionó los apellidos de las influyentes casas costeñas Gerlein y Char.

Aída Merlano y su relación con las familias Gerlein y Char

Primero hay que hablar de los vínculos de Merlano con los Gerlein.

Esa relación se remonta a cuando ella era una humilde joven de 15 años y conoció al empresario Julio Gerlein (porque su papá trabajaba con él), hermano del exsenador Roberto Gerlein.

Para entonces, Merlano era ‘mochilera’ (que busca votos en su sector). Deslumbró a Julio Gerlein —no solo con su belleza, sino también con su inteligencia— y, desde entonces, él se volvió su padrino político.

De la mano del empresario, la ahora prófuga estudió derecho en la Universidad Libre y logró ser diputada, representante a la cámara y senadora elegida por el partido Conservador (con la mayoría de votos del Atlántico), aunque no alcanzó a ocupar su curul, pues se conoció que ella compró votos.

Pero la relación de la exparlamentaria y Gerlein traspasó los límites profesionales: se volvieron pareja. Incluso, la hija de Merlano, Aída Victoria, confesó que llamaba ‘papá’ a Julio Gerlein y que él las llenaba de lujos.

Ese amorío de Gerlein y Merlano habría deteriorado la relación que el empresario tenía con su hermano, Roberto.

La razón habría sido que, mientras Julio Gerlein intentaba impulsar a la barranquillera para que reemplazara a Roberto Gerlein en el Senado, este último quería que alguien de la familia heredara su curul; como no encontró a quien dejarsela, se volvió a postular.

El empresario, en lugar de apoyar a su hermano, apostó por la carrera política de Merlano y, según la Silla Vacía, hasta habría acordado con la casa Char, otro poderosa familia de la Costa colombiana, que la barranquillera recibiría votos de otros departamentos, y, a cambio, ella apoyaba, “por debajo de la mesa (para evitar ser acusada de doble militancia)”, a la candidata de Cambio Radical Lilibeth Llinás.

Ahí es donde se vincula a los Char, como aliados políticos de Merlano.

Pero la corrupta red de la exsenadora salió a la luz y la relación de ella con las dos casa políticas se deterioró. Se dijo que Merlano iba a delatar las supuestas irregularidades de los políticos, pues, las investigaciones apuntaban a que los Char y los Gerlein estaban detrás de la compra de votos.

En entrevista con la revista Semana ella reiteró esas denuncias, como se escucha en el siguiente video.

No obstante, el mismo día en que se suponía que ella iba a declarar en contra de los poderosos, se dio su fuga. Cuando fue recapturada, Merlano aseguró que ambas casas políticas la ayudaron a escaparse de la cárcel.

Y entonces, ¿en qué quedaron las denuncias de Aída Merlano?

Específicamente, la excongresista señaló al empresario y al hoy presidente del Senado, Arturo Char, por lo que la Corte Suprema de Justicia lo llamó para conocer su testimonio.

Incluso, aseguró que esos clanes compraron votos para el hoy presidente Iván Duque, acusaciones que por supuesto fueron rechazadas por el jefe de Estado.

Julio Gerlein tuvo una audiencia de imputación de cargos en 2018, y a finales del 2019 se le programó la fecha para el juicio por este caso. No obstante, el empresario no asistió a esa diligencia, por lo que se aplazó para mayo de 2020.

Pero con toda la emergencia de coronavirus, que obligó a los juzgados a parar sus actividades presenciales, la situación quedó en el limbo.

A esa misma diligencia judicial también fueron llamados Vanessa Merlano (hermana de la exsenadora) y los entonces concejales Aissar Castro Bravo y Juan Carlos Zamora; los diputados Margarita Balén y Jorge Rangel; el exconcejales Aissar Castro Reyes y la excandidata a la Cámara Lilibeth Llinás

Lo más reciente que sucedió, pero que no tiene que ver propiamente con la compra de votos, fue que Aída Victoria Merlano debió presentarse en un juicio, ya que la Fiscalía la acusa de ser cómplice de la fuga de su mamá.

No obstante, la joven, que tiene un hermano menor que recientemente cumplió la mayoría de edad, alega que es inocente de lo que la acusan, y asegura que ella no conocía los planes de fuga que tenía la exsenadora, y que tampoco supo del paradero de Merlano, mientras no se le tenía el rastro.

Por ahora, todo parece indicar que Merlano seguirá en Venezuela, pues su extradición no será solicitada a Maduro, el único que podría dar la autorización para que ella regrese al país.

En el siguiente video podrá ver un resumen del caso de Merlano: